Nota de opinión: "Aranguren: su paso por una offshore de Shell a la que el Estado le compró gasoil por US$ 150 M" por Sandra Cucianelli
El ministro de Energía, Juan José Aranguren, es otro de los argentinos relacionados al mundo offshore en Paradise Papers, el proyecto impulsado por el Consorcio Internacional de Periodistas de Investigación (ICIJ) y el diario alemán Süddeutsche Zeitung. El ex CEO de la petrolera Shell fue director de al menos dos empresas radicadas en una jurisdicción secreta, según los documentos a los que accedió Perfil, miembro del equipo argentino de esta investigación global.
El hecho sería
una anécdota del pasado, si no fuera porque una de ellas es la
principal adjudicataria por la compra de gasoil por parte del actual gobierno.
Entre abril y
septiembre de 2003, Aranguren aparece vinculado a Shell Western Supply and
Trading Limited, una subsidiaria de Royal Dutch Shell PLC, radicada en Barbados. También, figura como
director de Sol Antilles y Guianas Limited, otra filial de la petrolera
anglo-holandesa, entre mayo y julio de 1996.
En abril de 2016, Shell Western Supply and Trading se
quedó con siete de los ocho cargamentos de gas oil licitados por CAMMESA, la
Compañía Administradora del Mercado Mayorista Eléctrico, que depende del
ministerio de Aranguren. La petrolera estatal YPF también participa en el
proceso: elige a los oferentes y CAMMESA los contrata. La compra había sido
revelada por PERFIL el año pasado. Pero no se conocía la
relación directa entre la offshore y Aranguren, hasta ahora.
¿Por qué Argentina importa combustible? Como el gas que se produce en el país no es suficiente para
hogares, industrias y usinas térmicas, entre mayo y agosto se importa una gran
cantidad de cargamentos de gasoil y fuel oil.
“Fue la
(compañía) que ofertó el precio más conveniente para el Estado” dijo Aranguren
sobre la operación, que rondó los 150 millones de dólares. Consultado por el equipo argentino de Paradise Papers sobre
el origen secreto de la compañía que contrató el Estado, el ministro admitió
que se vincula con la intención de pagar menos tributos y lo enmarcó en una
práctica habitual de las multinacionales, en particular, las petroleras y
traders. “Muchas tienen domicilio en países que se caracterizan por aplicar un
régimen tributario favorable. No tenemos constancias de que existan
limitaciones legales en el comercio internacional para operar con empresas de
esas características” explicó.
Además se desligó
de cualquier influencia suya en el contrato de CAMMESA, al recordar que en todo lo relativo con Shell, quien lo
reemplaza en ese tipo de decisiones es su par del ministerio de Producción,
Francisco Cabrera (por una resolución ministerial y un decreto
del Presidente).
Aranguren sostuvo
que no intervino en la adquisición de gasoil por parte de CAMMESA a la empresa
offshore Shell Western Supply and Trading Ltd. “La operación fue realizada por
YPF en el marco de un Acuerdo de Gestión celebrado en el año 2012 y
sucesivamente prorrogado, conforme al cual es la empresa petrolera argentina
quien realiza la convocatoria a los diversos proveedores a presentar ofertas,
estipula las condiciones generales para la contratación y realiza la evaluación
de las propuestas. La Secretaría de Energía sólo gestiona el procedimiento de
pago”, expresó en su descargo. En la misma línea dejó al margen de cualquier
favoritismo al titular de Enarsa, Hugo Balboa, otro ex Shell, a quien Aranguren
define como “un amigo”.
Sobre Guiana
Lmited, otra de las offshore en las que aparece, Aranguren deslizó que podría
haber “alguna confusión de nombres”, respecto de la primera admitió una
pertenencia breve, aunque la justificó y calificó de “ad honorem”.
Sobre su
presencia en Sol Antiiles y Guianas Limited, que realizó millonarios contratos
petroleros en Puerto Rico, Suriname, Guyana y Haití, los documentos de Paradise
Papers ubican a Aranguren en sus directorios entre mayo y julio de 1996.
“Creo que hay una confusión de nombres. En lugar de Sol
debería ser Shell. Esto puede ser porque Sol es un grupo petrolero del Caribe
que compró los activos de Shell en parte de esa región en 2005”, afirmó el
ministro.
El Grupo Sol,
adquirió The Shell Company (Puerto Rico) Limited en agosto de 2006, que
posteriormente pasó a llamarse Sol Puerto Rico Limitado.
Bajo los ojos de la Oficina Anticorrupción. El ministro ya había quedado en la mira por su pasado reciente
en Shell y el notorio incremento en los contratos que la firma suscribió con el
Estado argentino en lo que va de la era Macri.
El año pasado, el
organismo que dirige Laura Alonso determinó que el funcionario
"debe abstenerse de tomar intervención en cuestiones relacionadas con el
Grupo Shell”, en función de lo que exige la Ley de Ética Pública.
La polémica se
inició cuando se supo que según su declaración jurada patrimonial del 2015,
Aranguren declaró tener desde diciembre de 2008, acciones Clase A, en la Royal
Dutch Shell PLC, por valor de $ 16.326.051,67, al día de hoy, unos 900.000
dólares. El mismo valor, por el mismo concepto, volvió a informarlo en su
declaración jurada a principios del año siguiente.
Cuando el caso se
hizo público, en 2016, la Oficina
Anticorrupción se expidió diciendo que se le haría una
"recomendación preventiva", la cual acató porque para el final de
2016, dichas acciones ya no aparecían en su declaración jurada.
Elisa Carrió dijo que el
conflicto de intereses era evidente. Entonces, el Gobierno salió a
defenderlo, diciendo que la porción de acciones del ministro dentro de la
petrolera representaba “apenas el 0,0001% del patrimonio total de la
multinacional.
Su participación
resulta pequeña, claro, ya que se trata de una de las cuatro petroleras más
grandes del mundo, valuada en 323 billones de dólares. Pero con relación a su
patrimonio no era poco. De los $
86.685.999,94 en bienes, depósitos y dinero declarados al
Inicio del 2016, el dinero que tenía invertido Aranguren en Shell representaba
casi el 20 % de su patrimonio.
En septiembre del
año pasado, Laura Alonso sostuvo
que "no tenía información suficiente” como para concluir si Aranguren
había violado la ley y le derivó el caso a la Sindicatura General de la Nación
para que audite si Aranguren participó o no del proceso en cuestión, tal como
se lee en esta resolución.
Fueron 2 tipos de documentos los que a los que la OA no tuvo
acceso:
1) Las
constancias escritas de la aprobación de la operación con este empresa offshore
por parte de la Secretaría de Energía Eléctrica del Ministerio de Energía
y Minería.
2) Las “Actas de
Reuniones Informe de Situación Combustibles 2016” celebradas en las
dependencias de CAMMESA, entre representantes de esa empresa y distintos
actores del sector energético.
Perfil
Perfil
Comentarios
Publicar un comentario
Nos interesa conocer su opinión sobre el blog. Gracias.