El campo de la disputa politica, metaforicamente hablando, es como el juego de ajedrez (aunque éste no la puede abarcar en toda su complejidad). Un juego de defensa y ataque. Cuando se mueve una pieza se ha considerado previamente las posiciones de las otras, propias y ajenas. Lo mismo cuando el contrincante mueve las suyas. Con el problema de la corrupción (que atraviesa a toda la sociedad y no es patrimonio de un sector en particular como a veces se pretende) en estos momentos pasa algo similar. Entre las piezas que se mueven están el caso de Río Turbio (harto conocido y desde hace tiempo), Odebrecht, el proyecto de ley de Responsabilidad Penal Empresaria y las próximas elecciones. En un juego de ataque y defensa se procuran maximizar los beneficios y minimizar los daños, en base a normas que existen y a otras que se pretende consagrar, aunque no son totalmente justas porque en sus pliegues se ocultan o pretende ocultar delitos con los recursos de todos. En este juego también ...
Mi bitácora. GUILLERMO GENTA