Nota del Editor La sociedad argentina no respeta las leyes. Esta es una creencia generalizada muchas veces confirmada. Afortunadamente es una creencia que muchos argentinos diariamente desmienten. Miles de personas trabajan y viven honradamente, aunque difícilmente pueden escapar de un juego que muchas veces obliga a conductas moralmente reprochables y socialmente dañinas, si se quiere convivir en el sistema. La corrupción es uno de los delitos más comunes y uno de los que recibe menos sanciones. No solo legales. La sociedad, o amplios sectores de ella, lo toleran o no lo condenan enfáticamente. No se trata de un delito localizado en un sector o grupo social. Es un fenómeno transversal que, con diferentes grados de responsabilidad, circula por toda la sociedad. En los últimos tiempos las reacciones sociales en contra de la impunidad por estos delitos se está multiplicando. Todavía sin un alto nivel de reclamo como ocurrió en los casos de la Tragedia de Once, Cromañ...