Nota del Editor: ¿Habrá llegado la hora en que el delito de corrupción sea castigado por la justicia?
Nota del Editor
La sociedad argentina no respeta las leyes. Esta es una creencia
generalizada muchas veces confirmada. Afortunadamente es una creencia que
muchos argentinos diariamente desmienten. Miles de personas trabajan y
viven honradamente, aunque difícilmente pueden escapar de un juego que muchas
veces obliga a conductas moralmente reprochables y socialmente dañinas, si se
quiere convivir en el sistema.
La corrupción es uno de los delitos más comunes y uno de los que
recibe menos sanciones. No solo legales. La sociedad, o amplios sectores de
ella, lo toleran o no lo condenan enfáticamente.
No se trata de un delito localizado en un sector o grupo social.
Es un fenómeno transversal que, con diferentes grados de responsabilidad,
circula por toda la sociedad.
En los últimos tiempos las reacciones sociales en contra de la
impunidad por estos delitos se está multiplicando.
Todavía sin un alto nivel
de reclamo como ocurrió en los casos de la Tragedia de Once, Cromañon o el
Crimen de Mariano Ferreira. Todos delitos en que los responsables, aunque sea
una parte de ellos, recibió condenas ejemplares de los Tribunales.
En estos crímenes fue
importante la presión social reclamando justicia. En especial la de los
familiares, que perseveraron superando los obstáculos que el sistema acostumbra
poner para que todo quede en la nada.
Quizás está llegando la
hora de que las cosas empiecen a cambiar. En parte depende de nosotros.
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