Entre Países Bajos, Irlanda y Bermudas suman sólo el 0,30% de la población mundial, pero representan el 35% de todas las ganancias que las empresas estadounidenses declararon en el extranjero en 2016. Su secreto es una legislación muy favorable para las multinacionales que les permite montar complejas estrategias fiscales con las que evitar el pago de impuestos.
A raíz de
una filtración de los archivos internos del bufete de abogados offshore Appleby, se han
conocido los entresijos de estas prácticas que, a pesar de ser legales, están cada vez más cuestionadas por los gobiernos
de los países afectados, sobre todo Estados Unidos, donde suelen tener su sede
central estas grandes compañías. En total 6,8 millones de documentos han sido
analizados e investigados por el ICIJ y más
de 90 medios asociados en una investigación conocida como 'Paradise Papers'.
Nike, a Bermudas con pasaporte
holandés
Aunque la
sede de Nike está en
Oregón, la marca de ropa deportiva ha preferido tener su dinero en un pequeño
pueblo holandés de 86.000 habitantes, Hilversum. Allí es
donde van a parar las compras de miles de consumidores y minoristas de toda
Europa.
El
atractivo de este emplazamiento es un acuerdo que las autoridades holandesas y
el gigante deportivo firmaron en 2006, que le daba luz verde durante diez
años para evitar el pago de impuestos. A través del pago de
royalties a otras empresas del grupo, han estado una década desviando miles de
millones de euros de beneficios al paraíso fiscal de Bermudas, donde tenía
registrados los derechos de su popular logo. El pago de propiedad intelectual
es una estrategia típica de las multinacionales para mover ingresos de un lado
a otro gracias a la facilidad de colocar una sociedad propietaria de la patente
en el país que más interese.
Nike
no tiene trabajadores ni oficina en Bermudas, aunque ha acumulado allí 5.600
millones de euros
En
Bermudas, Nike nunca ha tenido oficinas ni empleados, sólo un puñado de
documentos que acreditan el registro de la firma en la isla y una relación con
Appleby, un bufete de abogados especializado en proveer servicios offshore,
contratado para montar la estructura. Esta estrategia ha permitido a Nike
acumular 5.600 millones de euros en el paraíso fiscal
hasta 2014, con un aumento del 55% de sus beneficios después de impuestos
gracias a una disminución del 10% de su tasa impositiva. Utilizaban lo que se
conoce como“sándwich holandés”, que consiste en usar una
sociedad holandesa -el relleno del bocadillo- como punto intermedio entre el
origen del dinero y el paraíso fiscal -las rebanadas de pan-.
Sin
embargo, en 2014 el beneficio estuvo cerca de acabarse. El acuerdo con la
autoridades holandesas estaba a punto de caducar y Nike buscó asesoría en la
firma de abogados Baker & McKenzie.
Con un cambio en su estructura, empezó a aprovecharse de otros atractivos
fiscales de Holanda.
El esquema
actual, según los documentos analizados, es la siguiente: Nike tiene dos
empresas holandesas que reciben los ingresos por ventas directamente de los
clientes o de los minoristas de toda Europa: Nike Retail y Nike European
Operations, Estas dos empresas tienen abultados beneficios, y conforman junto a
una tercera -Nike European Holding- una “asociación fiscal”. Gracias a la ley
holandesa, esto permite que las primeras transfieran sus
beneficios a la tercera, que acumula grandes pérdidas, y no tener
que pagar impuestos por ellos. Después, Nike European Holding desvía esos
beneficios mediante el pago de royalties a otro agente del enrevesado
entramado: Nike Innovative CV.
Las CV (“commenditaire vennootschap” o
sociedades comanditarias) son una figura mercantil que se remonta a 1830 aunque
últimamente es muy popular entre las multinacionales. Gracias a ella, Nike ya
no necesita mandar su dinero a Bermudas, porque según la ley holandesa una CV
formada por empresas extranjeras, puede ser a efectos fiscales una sociedad sin patria. El motivo es que
Holanda considera que las empresas que la forman deben tributar cada una en el
país que les corresponde. Sin embargo, en el extranjero la CV se ve como una
empresa tributable en Holanda, por lo que no grava a las empresas que la
forman.
Es lo que
se conoce como "desajuste híbrido" porque cada país aplica una
consideración diferente. Esta misma técnica es la que utilizan también Uber y Tesla. En 2013, la empresa de transporte privado creó
Uber International CV y traspasó ahí varias de sus subsidiarias extranjeras así
como parte de su propiedad intelectual, según publicó el diario Fortune. A raíz de la investigación de los
Paradise Papers ahora se sabe que fue Appleby quien asesoró a Uber en este
movimiento. La empresa de la popular aplicación no ha querido contestar a las
preguntas del ICIJ.
Se calcula
que casi uno de cada seis dólares de los beneficios
obtenidos por multinacionales americanas en el extranjero se produce a través
de subsidiarias holandesas. Y el país de los tulipanes es el primer beneficiado:
"La pérdida de las ventajas proporcionadas por esta estructura haría a los
Países Bajos menos atractivos para las multinacionales estadounidenses que la
usan", aseguró el Ministerio de Finanzas a ICIJ en un comunicado.
Desde
Nike, no han respondido a la pregunta de si su CV paga impuestos en algún país
y se han limitado a apuntar que sus registros tributarios “están totalmente
alineados con la forma en que manejamos nuestro negocio, las inversiones que
hacemos y los trabajos que creamos”. Desde que se cambiaron los derechos de
propiedad de su logo y otras marcas registradas de la filial de Bermudas a la
sociedad holandesa, la cantidad de efectivo offshore de Nike ha seguido
creciendo. A fines de mayo de 2017, había alcanzado más de 10.300 millones de euros. Estas ganancias acumuladas
han sido gravadas a menos del 2% por las autoridades tributarias extranjeras –y
nada en lo absoluto en Estados Unidos.
Mientras,
en España, la marca Nike confía en una sociedad que funciona como franquicia,
Esporgal SL, que es quien gestiona las ocho Nike Store que la firma
tiene en el país, aunque los productos vienen de la sede en Holanda. La filial
de Nike no ha querido hacer ninguna declaración sobre su situación en España a
este periódico, pero si uno revisa la etiqueta de una sudadera u otras
zapatillas de la popular marca, es Nike European Operations la empresa que
aparece. Además, existe otra sociedad denominada American Nike SL, que le
pertenece al 100% y que hace de intermediaria entre la sede de los Países Bajos
y el mercado español. A cambio, recibe una comisión en función del volumen de
ventas que en 2016 alcanzó casi 47 millones de euros.
En el caso
de la tienda online, los ingresos van a parar directamente a la
empresa holandesa, aunque la compra se produzca en España, un
problema que la normativa internacional aún no
ha conseguido remediar. “El Derecho siempre va por detrás de la
realidad, y concretamente la normativa tributaria internacional suele llegar
especialmente tarde porque requiere de un consenso amplio entre muchos países
con distintos puntos de vista e intereses”, considera el abogado especializado
en tributación internacional Ignacio Gordillo. “La legislación actual, que está
siendo sometida en estos momentos a una profunda revisión, fue creada en buena
parte durante la primera mitad del siglo XX, cuando
la expansión de las empresas necesariamente conllevaba el establecimiento de
presencia física en el extranjero, sin que quienes idearon y consensuaron
aquella normativa pudieran imaginar no ya la magnitud, sino la misma existencia
de la economía digital. Por eso el concepto de establecimiento permanente está
anticuado, y con la normativa actual, sin un establecimiento
permanente en su territorio los países en los que residen los
clientes no pueden cobrar impuestos por los beneficios generados mediante
transacciones digitales”, explica Gordillo.
Apple cambió su “doble irlandés” por
Jersey
En el
ranking de los malabaristas fiscales, la empresa de Steve Jobs lidera el podio.
Según datos del Instituto de impuestos y políticas económicas (ITEP), Apple deja
de pagar 76.700 millones de euros al fisco estadounidense (65.900 millones de
euros). Por eso, desde hace años, en el objetivo de todas las presiones
internacionales está en Irlanda -donde la empresa tiene su sede fiscal- a
quien instan a que ponga coto a los instrumentos tributarios que amparan
sus prácticas.
En
España, Hacienda ya ha obligado a la
filial de la tecnológica, Apple Retail, a rendir cuentas
por sus ventas. Este año han tenido que pagar cuatro veces más impuestos que en
el ejercicio anterior –11,7 millones de euros-, generando unas pérdidas de 7,2
millones.
A esta
filial llegan todas las ventas de los iPhone, Ipad y Mac que se realizan en las
tiendas de España y por las que facturaron 337 millones de euros en
2016. De ese dinero más de 234 millones fueron transferidos a Apple
Distribution International, una empresa irlandesa en concepto de “compras y
prestación de servicios”. Los productos adquiridos a través de la web, al igual
que ocurre con Nike, van directamente a la sede irlandesa sin hacer parada en
las arcas españolas.
Según la
legislación irlandesa, la mayoría de las empresas constituidas en el país están
obligadas a pagar impuestos localmente sobre sus ganancias. Pero si los
directores logran convencer a las autoridades tributarias de que una empresa es
"administrada y controlada" en el extranjero, a menudo puedenescapar al impuesto sobre las actividades no irlandesas. Durante
más de dos décadas, los directores de las tres compañías irlandesas de Apple,
incluido Tim Cook -el
actual director ejecutivo-, hicieron precisamente eso.
Apple ha utilizado tradicionalmente
lo que se conoce como “doble irlandés”.
Esta estrategia consiste en crear dos empresas irlandesas, una con sede en un
paraíso fiscal -que posee los derechos de propiedad intelectual-, y otra con
sede en Irlanda que es la que realmente tiene la actividad empresarial. Sin
embargo, a raíz de la presión internacional, en 2014 Irlanda anunció que todas
las empresas que estuvieran utilizando este mecanismo deberían dejar de hacerlo
en 2020. Entre ellas también están Google, Facebook o Linkedin, según los
documentos investigados. En el caso de Apple, mediante esta técnica han
conseguido acumular 117 mil millones de euros no
gravados por ningún gobierno del mundo, una cifra que incluso podría haber
duplicado en los últimos años.
El
"doble irlandés": Crear una empresa irlandesa en un paraíso fiscal
con la propiedad intelectual y otra en Irlanda con la actividad empresarial
A raíz del
la fecha límite impuesta por las autoridades irlandesas, Apple empezó a
preparar su futura estrategia para seguir pagando los mínimos impuestos, según los documentos investigados
por el ICIJ. Como en el caso de Nike, buscó asesoría en la firma
de abogados Baker & McKenzie, que contactó con Appleby. Esta última mandó cuestionarios a varios paraísos fiscales donde
preguntaban cuestiones como si una empresa irlandesa podía realizar actividades
de gestión sin pagar impuestos en el país o si la situación política era favorable
a que el estatus de jurisdicción opaca se mantuviese en el futuro.
Las
consultas se llevaron a cabo con suma confidencial, como pidió Cameron
Adderley, director global de la división corporativa de Appleby, en un correo
electrónico a otros socios principales: "Para aquellos que no lo saben,
los [responsables] de Apple son extremadamente sensibles con
respecto a la publicidad... Esperan que el trabajo que se está haciendo para
ellos solo se debata entre el personal que lo necesita saber ".
Pero Apple
no ha tenido que irse muy lejos. Finalmente ha encontrado en Jersey, una
pequeña isla en el Canal de la Mancha, el lugar donde establecerse. Jersey es
una dependencia de la Corona británica, pero crea sus propias leyes,
establece sus propios impuestos y no está sujeta a la mayoría de la legislación
de la Unión Europea, algo que la ha convertido en un paraíso fiscal muy
popular.
En la isla
residen ahora las subsidiarias Apple Sales International y Apple Operations
International, mientras que Apple Operations Europe se ha mantenido en Irlanda,
en espera de la aprobación de una nueva medida que
facilitará a las empresas irlandesas la compra de bienes inmateriales -como
royalties o software- por parte de empresas extranjeras, como por ejemplo, de
Jersey.
Estados
Unidos ha permitido estas prácticas como una especie de "subsidio
indirecto" para la expansión de sus multinacionales
A raíz de
esta investigación, Apple ha declarado que los cambios que han hecho en su
estructura empresarial no les hacen pagar menos impuestos. De hecho, aseguran
que pagan más que antes, pero no aportan los beneficios totales por lo que no
puede saberse si realmente son menos comparados con los beneficios o éstos
simplemente han aumentado. Hace tan sólo unos días TIm Cook pedia que se lleve
a cabo una reforma del impuesto de sociedades para repatriar el dinero a los
EEUU. De momento, sobre la mesa figura una disminición del 20%.
Pero ni
Apple y Nike no son excepciones. “Las multinacionales estadounidenses son los
grandes maestros mundiales de los esquemas de elusión fiscal que agotan no solo
la recaudación de impuestos de EEUU, si no la recaudación de impuestos de casi todas las grandes economías del mundo",
asegura Edward Kleinbard, exabogado corporativo y actualmente profesor de
derecho tributario en la Universidad del sur de California.
Sin
embargo, para Gordillo si estas situaciones se producen es precisamente porque
Estados Unidos tradicionalmente lo ha permitido: “La normativa tributaria
estadounidense ha dado pie, mediante reglas tan simples como permitir a sus
multinacionales darle un tratamiento fiscal híbrido a sus filiales extranjeras,
a una suerte de subsidio indirecto a la expansión
internacional que ha facilitado el crecimiento internacional de
sus grandes empresas. No ha sido sino hasta estos últimos años, cuando llegaron
los problemas presupuestarios, que Estados Unidos ha empezado a replantearse
seriamente cambiar estas reglas, pues echa de menos los impuestos que no
recauda sobre esas multinacionales, cuyos beneficios se generan y mantienen
principalmente en el exterior”.
Mientras,
Francia, Alemania, Italia y España, están encabezando la iniciativa en la Unión
Europea para que las multinacionales paguen más impuestos en los países donde
ejercen su actividad. Proponen, por ejemplo, gravar los ingresos en lugar de
los beneficios, evitando así que estas enrevesadas estrategias fiscales
sean tan atractivas."
El Confidencial
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