Nota: "“Papeles del Paraíso”: filtraciones refuerzan postura del Servicio de Impuestos Internos en millonario juicio contra Walmart" por CIPER
Nota del Editor:
Esta nota del Centro de Investigación Periodística - CIPER (Chile) describe en detalle un caso de cómo una empresa internacional (Walmart Chile) evade impuestos en su lugar de residencia a través de empresas de auditoria, bancos internacionales y de sociedades localizadas en paraísos fiscales. La información obtenida en la última filtración de datos de APPLEBY confirma y completa las evidencias y análisis realizados en este caso por la autoridad fiscal de Chile. La nota también pone de manifiesto la debilidad de las estructuras del Estado en un caso de evasión como éste, frente a los enormes recursos de que disponen estas empresas.
La nota
“En el juicio entre el Servicio de Impuestos Internos (SII) y Walmart Chile, el organismo fiscalizador exige el pago de al menos $80 mil millones (US$126 millones). La autoridad sostiene que el gigante del retail sacó capital de nuestro país como si fuera deuda y aparentó pérdidas que no tenía, evitando pagar tributos. Ahora, una docena de documentos de los “Papeles del Paraíso” respaldan la posición del SII. CIPER revisó esos registros y los cotejó con la trama del juicio entre el SII y Walmart, desentrañando en Chile registros que explican en detalle cómo se organizó y concretó está operación.
Como
azotadas por una profunda crisis financiera, las sociedades en cascada que
forman el holding de Walmart en
Chile y que controlan los supermercados Líder, Ekono y Acuenta, entre otras
cadenas, informaron al Servicio de Impuestos Internos (SII) más de $80 mil millones (US$126 millones al cambio
actual) en pérdidas tributarias, entre 2010 y 2014.
El motivo de
ese desastre no estaba en abruptas bajas en las ventas o en malas estrategias
comerciales, sino en una deuda contraída en 2009 con el banco HSBC de Panamá por
cerca de US$1.900 millones (más de $1 billón), dinero que
fue usado para tomar el control de D&S, dueña
original de Líder, que pertenecía a la familia
Ibáñez.
En efecto,
cualquiera que hubiera tenido acceso a los balances de la matriz del grupo en
Chile, Inversiones Australes Dos (en adelante Australes
Dos) habría visto que la gigante del retail pagó, entre 2012 y 2014, US$455
millones debido a tres préstamos con el HSBC, algunos pactados a tasas de hasta
8% anual.
Con esas tasas no hay negocio que
resista.
Pero aunque el HSBC parecía ser el
destino final de esos recursos, por otra ventanilla del mismo banco, Walmart
retiraba intereses de un fideicomiso de US$ 1.900 millones.
En esta operación el HSBC de Panamá
habría sido solo un intermediario entre la mano izquierda y la mano derecha de
Walmart. Y en ese cambio de mano, los millones que debieron entrar a Chile como
inversión, entraron como deuda, posibilitando que todas las utilidades del
próspero negocio que estaban comprando, desaparecieran, con lo que también se
evaporaron los impuestos que debía pagar en Chile.
Hoy este tema es objeto de un juicio en
el Cuarto Tribunal Tributario y Aduanero (TTA).
Desde la
Isla de Bermudas surgen ahora documentos que respaldan la posición del SII y
que pueden resultar decisivos en la disputa judicial que aún está en curso. En
ese paraíso fiscal tiene sede el bufete Appleby, fuente de casi siete millones
de documentos que fueron filtrados a la prensa. Entre los papeles que ahora se
conocen, hay al menos una docena que contienen varios correos y mensajes entre
empleados de Appleby que se refieren al préstamo entre Walmart y el HSBC como
una “operación aparentemente circular” concebida,
precisamente, para generar “una ventaja fiscal”.
Los
documentos de Appleby contienen también un informe preparado en 2009 por Deloitte Touche Tohmatsu Limited que asesoró la
transacción entre el HSBC y Walmart. Después, la filial de Deloitte en Chile se
presentó ante el tribunal tributario para avalar como legítima la operación,
sin informar que ella misma había participado en la elaboración de este esquema
para evitar el pago de impuestos.
El informe
de Deloitte reveló, además, que Walmart administra el Trust en el HSBC a través
de una figura comercial llamada “cuenta en participación”
que fue creada en Chile, pero cuyos socios acordaron que no puede operar en nuestro
país. La investigación de CIPER comprobó que el SII no conocía la participación
de esta entidad en la operación con el HSBC que le permitió a Walmart evitar
impuestos.
CIPER revisó
los papeles de Appleby y los cotejó con la trama del juicio entre el SII y
Walmart. Esta investigación desentrañó en Chile documentos que explican en
detalle cómo se organizó y concretó está operación con la que Walmart se pasó
el dinero de un bolsillo a otro.
“ANTIPATÍA
ANTOJADIZA”
El largo
round entre el SII y el holding del retail se inició hace tres años. Fue en
2014 cuando el SII rechazó las declaraciones tributarias de Walmart entre 2012
y 2014; y le reclamó, solo a una de sus sociedades, más de $60 mil millones
(US$94,9 millones) en impuestos de primera categoría.
En esencia el SII argumentó, primero,
que las tasas de interés que generaban la alegada pérdida de Walmart no se
correspondían con condiciones de mercado (las grandes corporaciones podían
acceder a créditos de 3,25% anual, sostuvo la autoridad). Pero más de fondo,
cuestionó la necesidad de financiar la compra de D&S a través de una deuda
bancaria. Esto, pues el SII detectó que al mismo tiempo que una filial chilena
de Walmart pedía tres préstamos por un total de US$1.900 millones, otra filial
de Walmart -creada en Islas Vírgenes Británicas- dejaba como garantía, en las
mismas fechas y en el mismo banco, tres depósitos por el mismo monto que la
deuda. Mientras que por los depósitos recibía intereses de hasta 7,95% anual,
por los préstamos pagaba hasta 8%.
Los
representantes de Walmart, Claro y Cía., reaccionaron con dureza ante la
posición del SII. Los abogados Jorge Carraha y Felipe Ossa,
acusaron al SII de actuar abusiva y desproporcionadamente, y atribuyeron las
resoluciones a “la antipatía antojadiza del Servicio” hacia la estrategia de
inversión que había elegido su cliente.
DOCUMENTOS
CLAVE
Uno de los
documentos más relevantes de la filtración es el borrador hecho por la auditora
y consultora Deloitte y fechado en marzo de 2009, cuando ya se había cursado el
crédito más importante de los tres que se tomaron y una parte de la propiedad
de D&S ya estaba en manos de Walmart.
El documento
se titula Project Destino y consta
de 14 páginas repletas de diagramas societarios, que explican en detalle cómo
los tres préstamos para comprar D&S salieron desde firmas asentadas en
Estados Unidos (WM SARHCO I) o de créditos con instituciones no identificadas y
fluyeron por una cadena de casi 20 sociedades, algunas de las cuales están
constituidas en Islas Vírgenes Británicas, Panamá y Chile.
La sección clave de ese diagrama
describe cómo los recursos entraron a Chile. En vez de ser invertidos
directamente en una sociedad constituida en nuestro país para comprar, desde
ahí, las acciones de D&S (que es la figura que probablemente todos los
chilenos tenemos en la cabeza cuando oímos hablar de inversión extranjera), lo
que hizo el gigante supermercadista fue distinto.
Primero, a
través de dos sociedades del grupo –una fundada en Islas Vírgenes (BVI II) y otra en Delaware (SARHCO II)–
constituyó un trust en Panamá en el que depositó, en operaciones sucesivas, los
mentados US$1.900 millones. Luego, esas sociedades firmaron un acuerdo con el
HSBC a través del cual el trust recién creado se transformó en garantía de un
préstamo que ese mismo día solicitó la matriz de Walmart en Chile, Australes Dos.
“No tengo
indicaciones sobre el propósito comercial de esta transacción aparentemente
circular”, escribió en una carta al HSBC Eliot Simpson,
actual jefe de la oficina en Hong Kong de Appleby. En su misiva, que forma
parte de la filtración, Eliot se refiere al primero de los tres créditos de la
operación: US$1.188 millones que fueron depositados y luego pedidos en
préstamo, en un mismo día de febrero de 2009, por distintas filiales de
Walmart. “Se asume que esta transacción lleva alguna ventaja fiscal o de
otro tipo para el grupo Walmart”, escribió Simpson.
Ese trust constituido en Panamá, que generaba intereses, era en realidad la bocatoma por la que reemergían, libres de impuestos, las utilidades de los supermercados chilenos. Es interesante destacar que quien quedó a cargo de las obligaciones y beneficios de este trust fue una entidad muy particular: no una sociedad, sino una “cuenta en participación” (C en P).
Las C en P
son acuerdos regulados por el artículo 507 del Código de Comercio, que no
requieren los mismos procedimientos para constituir una sociedad y no dejan las
mismas huellas: por ejemplo, no se publican en el Diario Oficial. Los asociados
determinan ante sí su objeto y las condiciones de la participación y su acuerdo
no genera una persona jurídica, ni tiene razón social ni debe fijar domicilio.
Son esencialmente acuerdos privados (ver más sobre las C en P).
En este
acuerdo en particular, los socios convinieron que su dirección estaría en Islas
Vírgenes y que todos sus negocios, incluyendo las reuniones, debían llevarse a
cabo fuera de Chile y de Estados Unidos. “Ni el gestor de la
C en P, ni ninguno de los miembros debe tener domicilio en Chile ni llevar
adelante negocios en Chile”, se lee en el documento Agreement of Asociación o Cuentas en Participación del
23 de enero de 2009, que forma parte de la filtración.
Esta
asociación hecha bajo ley chilena, pero que no podía operar en nuestro
territorio y que se encuentra en el centro del diagrama Project Destino, no fue investigada por el SII. De
hecho, los abogados y fiscalizadores del SII dijeron a CIPER que no conocían de
su existencia, pues su conocimiento de la grilla de sociedades de Walmart se
redujo a la parte chilena que informó la propia supermercadista.
Esta C en P
tampoco fue mencionada por los abogados de Claro y Cía. en sus argumentaciones
ante el SII. Para defender la validez de la estructura elegida para comprar
D&S, los abogados presentaron diagramas muy acotados (ver figura a continuación), donde omitían la parte
superior de la estructura de Walmart. Es en esa zona superior donde, según el
diagrama de Deloitte, se registraron préstamos internos (a tasas que no se
informaron) vinculados con la compra de D&S.
Fuentes consultadas por CIPER
sugirieron que es probable que por ser un emprendimiento originado en Chile, la
C en P que administra los intereses que genera el trust, tampoco tribute en
Islas Vírgenes.
El documento
de Deloitte, Project Destino, describe
finalmente como la deuda adquirida por Australes Dos bajó por la estructura de
Walmart. Australes Dos prestó US$1.500 millones a Australes Uno y US$400
millones a Australes Cuatro. Luego, Uno y Cuatro inyectaron capital en
Inversiones Australes Tres, que es la que finalmente compró las acciones de
D&S a través de dos OPA (Oferta Pública de Acciones) a comienzos de 2009.
Desde 2015 Australes Tres pasó a llamarse Walmart Chile S.A.
Como se verá
a continuación, a medida que la deuda bajaba, las utilidades desaparecían.
UTILIDADES
QUE SE EVAPORAN
Un reportaje de Sergio Jara de
Radio Bío Bío fue el primero en informar detalladamente sobre
la disputa entre Walmart y el SII. En esa nota se mencionó que la operación de
depósito y préstamo que realizaron las filiales de Walmart es un tipo de
contrato llamado back to back.
El artículo
de Bío Bío causó revuelo entre especialistas y
el diputado Giorgio Jackson calificó a la empresa de “caras de raja”.
CIPER
accedió a documentos tributarios que muestran como la deuda con el HSBC se
tragó las utilidades generadas por los supermercados entre 2010 y 2014.
En el caso
de Australes Uno, controladora directa de Walmart Chile S.A., la cuantiosa
deuda que tenía con su matriz (Australes Dos) borró las utilidades que le
llegaban desde los supermercados.
Por ejemplo,
en 2011, debido al pago de los intereses a una tasa de 8,05%, registró una
pérdida de US$169 millones, la que absorbió completamente la utilidad de US$41
millones. Para el año siguiente, la pérdida ascendía a US$226 millones, monto
que hizo desaparecer US$35 millones en utilidades que los supermercados
generaron en 2012.
Para 2013,
la pérdida se empinaba en los US$212 millones y sirvió para absorber US$42
millones en utilidades. En 2014 la pérdida ascendió a US$251 millones y las
utilidades absorbidas fueron US$39 millones.
Así, fruto de los intereses, la pérdida
no paró de crecer y entre 2010 y 2014 hizo desaparecer utilidades por casi
US$160 millones (más de $100 mil millones con el cambio actual).
En el siguiente eslabón de la malla
societaria, Australes Dos vivió lo mismo; pues todo lo que Australes Uno
reportaba como pérdida por pago de intereses, Dos lo registraba como ingresos.
A su vez, Dos tenía que pagar altos intereses al HSBC, con el agravante de que,
como consignó el SII, Dos prestó el tercer crédito (por US$ 412 millones) a una
de sus filiales a una tasa del 4,5%. Dado que tenía que pagar por ese dinero
intereses por 7,04%, con esa decisión generó automáticamente una enorme
pérdida.
Así las cosas, en el año tributario
2013 Australes Dos declaró una pérdida de $23 mil millones. La causa: mientras
cada año recibía aproximadamente $60 mil millones de su filial, tenía que pagar
unos $72 mil millones (US$113,9 millones) al HSBC.
Al año siguiente la pérdida declarada
fue mayor: $43 mil millones (US$68 millones).
La siguiente tabla resume las perdidas
tributarias declaradas por las sociedades chilenas de Walmart. Sus pérdidas,
atribuidas a los intereses del HSBC, totalizaron $568 mil millones (US$899
millones) entre 2012 y 2014, según detectó el SII.
A raíz de esas pérdidas, la matriz
chilena Australes Dos pidió al SII devoluciones de impuestos pagados por $2.500
millones (US$3,9 millones). En tanto, el holding completo pidió devoluciones
por $15.600 millones (US$24,6 millones).
En la fiscalización que hizo el SII y
que es el corazón del juicio tributario que se sigue hoy en el Cuarto TTA,
tanto las pérdidas como las solicitudes de devolución fueron rechazadas.
En el caso
de Australes Uno el SII exigió a la sociedad el pago de $21.250 millones
(US$33,6 millones) en impuestos de primera categoría, reajustes e intereses.
Respecto de Australes Dos, el rechazo de los intereses generó que la empresa
pasara de perder de $82 mil millones (US$129,7 millones) a tener una renta
tributable de $196 mil millones (US$310,2 millones). Para el periodo 2012-2014
el SII le exigió a la matriz chilena de Walmart el pago de más de $60 mil
millones (US$94,9 millones) (ver tabla inicial “Corrección
del SII a los impuestos declarados por Australes Dos”).
Uno de los argumentos centrales para
estos cobros es este:
“La empresa (Australes Dos) no ha
logrado demostrar la necesidad de solicitar los préstamos al banco HSBC Bank
(Panamá) S.A., ya que sus socios poseían los recursos y disponibilidad
necesaria para poder cubrir los montos solicitados, cuyo resultado, producto
del interés generado por los créditos recibidos, ha incidido significativamente
en el resultado negativo tributario declarado año a año, en Chile”, se lee en
una presentación ante el TTA.
El SII argumentó en otro documento que
con esta operación, la empresa no cumplía “el mandato legal de respetar la
integridad del patrimonio del Fisco de Chile”.
LA RESPUESTA
DE WALMART
CIPER envió
a Walmart una serie de preguntas relacionadas tanto con la filtración de
Appleby como con el juicio tributario en curso. A través de sus encargados de
prensa la empresa contestó que “por ahora, no tenemos
información que compartir sobre este tema”.
CIPER, sin embargo, accedió a los argumentos que sus representantes de Claro y Cía. ofrecieron en respuesta a las liquidaciones y a las resoluciones del SII.
Respecto del cuestionamiento central
del SII (que no habría motivo para haber entrado a Chile vía deuda), Claro y
Cía contestó que el SII se excedía en sus atribuciones al cuestionar cómo la
empresa organizaba sus negocios.
Defendieron
el mecanismo back to back como una
estructura de financiamiento lícita que “en ningún caso puede ser considerada
original o novedosa, toda vez que ella ha sido utilizada por un número
importante de empresas extranjeras para financiar sus inversiones en nuestro
país”.
E
insistieron que “nuestro sistema jurídico no obliga a los contribuyentes a optar
por aquellas formas jurídicas que resulten ser más gravosas o que deriven en
una mayor carga tributaria. Los contribuyentes son libres para elegir aquellos
actos jurídicos que estimen más adecuados para alcanzar sus fines, en la medida
que estos no sean contrarios a la ley”.
Respecto de
las tasas de interés fuera de las condiciones de mercado, los abogados de
Walmart sostuvieron que “debe tenerse en mente que esta
operación (de endeudamiento) se llevó a cabo con un banco, institución
financiera internacional. Este primer elemento por sí mismo debería servir para
justificar la correcta valoración de los intereses“.
También
recurrieron a informes de expertos. Explicaron que el bufete tributario Cabello,
Letonja y Cía. avaló la tasa cobrada por HSBC; y respecto de la que
Austral Dos le cobraba a Australes Uno, esta fue respaldada por Javier Vergara
Marshall (Valtin Capital) quien sostuvo, según citan los
abogados, que “las tasas que obtuvo Australes Dos en los créditos
bancarios tomados el año 2009 con HSBC son razonables y de mercado”. Lo mismo
opinaron las auditoras KPMG y PwC en sus respectivos informes de precios de
transferencia.
Mención
aparte merece el episodio ya descrito protagonizado por Deloitte Auditores Consultores limitada, que a petición
de Walmart avaló ante el tribunal tributario, la pérdida que reclama la
supermercadista. La consultora no informó que la organización internacional que
integra -Deloitte Touche Tohmatsu Limited- había ayudado a
diseñar la estructura que producía esas pérdidas.
LAS
DEBILIDADES DEL SII
Los papeles
filtrados de Appleby muestran el despliegue y coordinación de las empresas
asesoras (bufetes, contadoras y auditoras, bancos) que cuidan cada paso de
Walmart y están atentas para defender sus actuaciones. En un documento que
refrenda el contrato entre la supermercadista y el banco se cuentan 20 empresas
asesoras de distinto tipo, entre ellas los bufetes chilenos Carey y Cía., en representación del HSBC, y Claro y
Cía., por el lado de Walmart.
Eso
contrasta con los recursos con que cuenta el SII para hacer cumplir la ley,
según ha registrado esta investigación.
Fiscalizadores y abogados explicaron a CIPER que la indagación sobre las operaciones de Walmart no se enfocó desde un principio en la corporación de manera global, debido a un defecto de organización del SII. Dado que el organismo está dividido en direcciones regionales, y que estas trabajan en equipos de fiscalización, ocurrió que un equipo examinó las declaraciones de Australes Uno y otro la de Australes Dos y así sucesivamente. De esta forma, pasaron años antes de que se tomara conciencia de que cada pieza formaba parte de una sola organización.
Debido a eso se tomaron resoluciones
contradictorias: mientras algunos grupos de fiscalizadores rechazaron las
solicitudes de devolución de impuestos de la Austral que les había tocado,
otros aceptaron las de la suya. Por ejemplo, a Australes Dos le devolvieron en
2012 y 2013 una suma total que supera los $1.700 millones (US$2,6 millones) en
impuestos, que luego se le reclamaron en la liquidación de 2014.
Se comenta,
además que el importante antecedente de que la deuda con el HSBC era en
realidad un contrato back to back, fue un
descubrimiento fortuito, atribuible a la persistencia individual más que al
trabajo en equipo. “Un funcionario se puso a traducir con Google, un contrato
que Walmart había enviado sin traducción. Y allí descubrió que lo que se presentaba
como un crédito era una operación bien distinta”, dijo a CIPER una fuente que
pide reserva de identidad.
Recién a
partir de 2014 se organizó un equipo en la Dirección Regional Santiago Oriente
del SII para enfrentar el tema en conjunto.
Solo después de eso, las Australes fueron derivadas a la Dirección de Grandes Contribuyentes por instrucción expresa del subdirector jurídico del SII, Bernardo Lara.
Solo después de eso, las Australes fueron derivadas a la Dirección de Grandes Contribuyentes por instrucción expresa del subdirector jurídico del SII, Bernardo Lara.
Respecto de
la argumentación legal, aunque en las oficinas centrales del SII expresan
confianza en que obtendrán un buen resultado en el TTA, hay conciencia de que
lo que el Servicio sostiene no da cuenta de la gravedad de la operación.
Fuentes del
SII y abogados que no tienen vínculos con Walmart estimaron que es débil el
argumento de cuestionar la forma en que el contribuyente organizó su negocio.
Comentan que por falta de información suficiente se dejó de lado el fondo de la
operación (el abuso a la ley) y se puso el foco en los efectos que el crédito
tiene en los impuestos, que son solo síntomas del problema. Pero al cuestionar
nada más que ese aspecto, es razonable que Walmart argumente: “Me estructuro
como más me convenga”.
En ese
sentido, lo que parece más firme, según estiman las fuentes consultadas, es el
cuestionamiento a las tasas de interés, dado que están fuera de toda norma de
mercado y parecen pensadas para sacar rápidamente grandes cantidades de
capital.
-Pero este
no es un problema de tasas, sino de estructuras pensadas para eludir- dice un
tributarista.
Para ese
abogado, al SII le falto decisión para haber evaluado esta operación como que
realmente es: “Una estrategia para engañar a la autoridad pública”.
CIPPER
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