"Uno de los mecanismos de
corrupción tan oscuros como generalizados ha sido el de las licitaciones de
obras públicas en las que se han visto involucrados altos funcionarios públicos
y empresarios. Como tantos otros escenarios de negociados, el de las obras
públicas es de vieja data, pero alcanzó niveles vertiginosos durante el
kirchnerismo.
Por eso resulta digna de elogio la decisión del Gobierno de
transparentar las licitaciones al poner en marcha una plataforma digital que
permite a cualquier interesado averiguar qué empresas han ganado licitaciones
de obras públicas, cuánto cobrarán y cuáles perdieron. La página www.contratar.gob.ar ya
se encuentra en funcionamiento y depende del Ministerio de Modernización. Como
informó LA NACION, el nuevo sistema de contrataciones está en marcha y a fin de
año deberían emplearlo todos los ministerios.
De esa manera, se procura poner fin a un clásico
mecanismo de corrupción, como eran los denominados "clubes de la
construcción". Desaparece, además, la compra de pliegos en las
licitaciones, que se realizarán por vía digital abaratándose los costos, en
especial para las empresas pequeñas y medianas, y permitiendo la participación
en un pie de igualdad de firmas del interior y del exterior.
Aún está fresco en la memoria colectiva el emporio de la
construcción que montó en Santa Cruz Lázaro Báez, socio y presunto testaferro
de los Kirchner, que luego se expandió y creció fuera de esa provincia en
virtud de su sospechosa capacidad para ganar licitaciones. Skanska, el primer
caso importante de corrupción del kirchnerismo, consistió en el cobro de coimas
y sobreprecios en la ampliación de los gasoductos luego de licitaciones muy
cuestionadas.
Otro sonado caso fue el de las estafas con dinero
público destinado a la construcción de viviendas sociales que involucró a la
Fundación Madres de Plaza de Mayo y a los hermanos Schoklender. Pero la imagen
que quizá mejor grafique qué fue y cómo terminó el castillo de corrupción de la
obra pública del kirchnerismo es la de José López, precisamente ex secretario
de Obras Públicas, intentando ocultar bolsos con nueve millones de dólares en
el interior de un monasterio antes de ser atrapado.
Muchos de los tristemente célebres negociados del kirchnerismo
están en las manos habitualmente lentas de la Justicia, que demorará lo suyo en
arribar a sentencias ejemplificadoras que obren como disuasivos para impedir la
concreción de hechos similares. Por eso es relevante la iniciativa del Gobierno,
que otorga mucha mayor transparencia a un área habitualmente oscura. Una idea
de lo que está en juego la brinda un solo dato: en los primeros cinco meses del
año, una parte importante de los 52.300 millones de pesos en inversión real
directa y transferencias de capital a provincias y municipios correspondió a
obra pública. Los contratos y licitaciones que ya están disponibles suman 7080
millones de pesos.
La lucha contra la corrupción no puede consistir
exclusivamente en buscar la lenta y a veces elusiva sanción judicial de los
graves hechos ocurridos en los últimos años. La verdadera lucha contra la
corrupción es aquella que, en forma callada pero sostenida, va desmontando los
mecanismos cuya intencionada opacidad los volvió idóneos para los negociados,
al tiempo que se permite a cualquier interesado el acceso a los documentos que
ilustran cómo toma sus decisiones el Estado y cómo emplea sus fondos.
Es preciso que esta vía de acceso online se
extienda a todos los ministerios, como es la intención de la actual
administración, y que lo mismo ocurra con la digitalización de los documentos
iniciada luego del cambio de gobierno y que ya ha generado casi 14 millones de
documentos digitales que de esa manera se preservan y son fáciles de consultar.
Porque la burocracia no sólo es sinónimo de atraso, sino también, a veces, de
voluntad de ocultar."
La Nación
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