Nota de opinión: "Ghella, una vieja conocida de los Macri que trajo alivio al Gobierno" Maia Jastreblansky
El Presidente celebró que la firma
italiana desplazara a Odebrecht [en el contrato por el soterramiento del ferrocarril Sarmiento]; fueron socios de IECSA
[NE: El grupo ODS -IECSA y empresas asociadas- propiedad de Angelo Calcaterra, primo del Presidente, fue transferido en marzo de 2017 al grupo Pampa Energía de Marcelo Midlind. Sociedad ésta que realizó negocios de envergadura en el sector energético durante los gobiernos del los Kirchner. Entre otras empresas adquirió la distribuidora EDENOR SA y la Transportista principal de electridad TRANSENER SA. IECSA pertenecíó al grupo Macri hasta que en el año 2007 fue vendida a Angelo Calcaterra, sobrino de Franco Macri]
"Lavoro che si comincia, lavoro che si
finisce." Con esa frase de cabecera, Lorenzo Ghella
trata de mantener en alto el nombre del emporio familiar. El empresario integra
la quinta generación de la constructora fundada en Italia a fines del siglo
XIX. Pero meses atrás, algo amenazó la reputación de la famiglia, cuando el
fantasma del Lava Jato golpeó a la obra del soterramiento del Sarmiento. La
firma italiana desplegó un operativo para evitar ser afectada por Odebrecht. Y
se convirtió en un salvavidas para un viejo conocido: Mauricio Macri.
El Presidente fue uno de los primeros en enterarse
de que la constructora Ghella compraría la parte de Odebrecht. Macri dejó
correr el rumor, a pesar de que todas las negociaciones estuvieron atadas a un
pacto de alta confidencialidad. La transacción significó un gran alivio para el
oficialismo, apurado por despegarse de la trama del Lava Jato.
La compra, indirectamente, también ayuda a
Cambiemos a mantener saneadas las relaciones con Italia, tierra de ancestros
del Presidente. La primera visita extranjera de Macri fue la del primer
ministro italiano, Matteo Renzi. Fue en febrero de 2016 y ambos mandatarios
levantaron la palanca para reactivar el Sarmiento. Odebrecht miró esa escena de
costado. "Casi no los invitan. Ghella ya había tomado la dirección de la
obra", revelaron desde el entorno de la firma de Brasil.
En mayo de este año, cuando el presidente de
Italia, Sergio Mattarella, visitó la Argentina, el Lava Jato ya había llegado
al soterramiento. Según publicó el diario Clarín, el mandatario italiano le
pidió a Macri que apartara a Odebrecht para evitar que afectara a Ghella. Según
pudo conocer LA NACION, la noticia incomodó a la firma europea, que desmintió
el diálogo y llamó a la embajada de Italia en Buenos Aires para aclarar que no
había encargado ninguna gestión.
Tras varios meses de negociaciones, Ghella buscó
despegarse de Odebrecht porque empezó a vislumbrar dificultades para acceder al
crédito internacional. La firma no quiso que nada afectase a contratos que le
permiten lucirse: está perforando los Alpes entre Italia a Francia y
construyendo un tren en Noruega.
Para Ghella no fue difícil encontrar la venia del
gobierno para quedarse con el 70% del soterramiento. Cuando pidió el visto
bueno final, Macri celebró la transacción.
Ghella no es nueva en el mundo Macri. En el pasado
jugó un rol fundamental para Angelo Calcaterra, cuando ingresó como socia de
Iecsa. El primo del Presidente siempre repitió que compró la constructora del
grupo Socma con siete años de sudor y pagos en cuotas. En esa etapa, Ghella
ingresó como accionista de Iecsa y ambas se fusionaron en el Grupo ODS. La
sociedad comenzó en 2007 cuando la firma italiana era conducida por Enrico
Ghella, tío de Lorenzo. Distintos gerentes de Ghella se sumaron al directorio
de Iecsa, como Gianvincenzo Coppi o Ricarddo Dina.
Desde el entorno de Ghella aseguran que vieron en
Iecsa un aliado estratégico para desembarcar en la región. Pero en 2013
salieron de la sociedad, interesados en volver a los túneles y las obras
subterráneas.
Ghella prefiere quedar en el imaginario argentino
como la empresa que entubó el arroyo Maldonado con un crédito del Banco
Mundial. La obra fue licitada por Aníbal Ibarra, pero su sucesor, Jorge
Telerman nunca le adjudicó el trabajo a los italianos. Cuando Macri fue electo
en la Ciudad, el líder de Pro le reclamó a su antecesor que hiciera el trámite
para evitar firmar un contrato con los socios italianos de su primo. No lo
logró. Finalmente, la obra terminó con éxito y Macri la convirtió en su
caballito de batalla. Ahora que Ghella salvó al Sarmiento, el Presidente vuelve
a aplaudir a los italianos.
La Nación
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