"Mario Quintana logró el miércoles un
paso clave en su plan para convertirse en el zar de la logística en Argentina.
Ubicó a Gustavo Papini, un hombre de su confianza, al frente del Correo Argentino, la empresa postal más grande
del país. En paralelo, mantiene una feroz disputa con Alberto Abad por el salvataje de OCA, la segunda firma más importante del
mercado.
Papini es un ex CEO de OCA y ex
director de Pegasus, el fondo de inversiones que fundó Quintana. Con su llegada
al Correo, el vicejefe de Gabinete busca una modernización de la empresa, que
primero deberá solucionar un déficit operativo de entre 3.500 y 4000 millones
de pesos por año y una de las metas sería reducir la planta laboral, de 17 mil
empleados.
"Tenes plata para pagar
indemnizaciones, no para contratar gente", fue la frase lapidaria que en
su momento Quintana le dijo al presidente del Correo, Jorge Irigoin. Ahora, con
el desembarco de Papini, los fondos habrían empezado a destrabarse.
Pero más allá de la cuestión
deficitaria, el plan a largo plazo de Quintana es una reconversión y
modernización de la logística del país, que en el Gobierno identifican como uno
de los grandes problemas para el desarrollo de la economía. Concretamente, en
la Rosada sostienen que la logística para la producción es cara e ineficiente,
y por eso Macri ya apuntó en su primer año al sector de la hidrovía, con un
intento de modernización de puertos y un ataque directo contra el SOMU, que
controlaba toda la navegación.
En el caso de la logística postal,
Quintana cree que una economía "moderna" como pretende, no puede
funcionar con ese sector en manos de Hugo Moyano (en el caso de OCA) o con la
estructura actual que tiene el Correo Argentino, que entiende que no se adaptan
al comercio digital.
Quintana y Macri creen que modernizar
la logística del país es clave para darle competitividad a la economía y su
objetivo es reducir al máximo el control de los gremios sobre ese sector clave.
El funcionario conoce los problemas
que puede traer una logística ineficiente y lo sufrió en su paso por Farmacity,
que tuvo y tiene problemas serios con la distribución de medicamentos. Se
especula incluso que para la cadena ese es una traba más importante para
ingresar a la provincia de Buenos Aires que el impedimento legal. Algunos creen
que con el control del Correo se le allana el camino.
Sus planes para el Correo fueron bien
definidos por Papini cuando asumió como CEO de OCA, hace cuatro años. "El
foco de la compañía será ahora una reingeniería del negocio para redirigirlo al
comercio online y a la distribución de paquetería. La gran ventaja de OCA es la
capilaridad de su red, que permite entregas puerta a puerta. Esa es una
logística muy compleja que aprovecharemos al máximo", señaló en ese
momento.
Comercio digital más distribución de
paquetería eficiente. Una suerte de Amazon argentino. La otra pata del plan de
Quintana es articular ese Amazon local con líneas aéreas, que además de hacerlo
eficiente sirven para poder destinarlo al transporte de producción. En el
mercado especulan con el papel que podría jugar en este esquema Fly
Bondi, la misteriosa aerolínea de Richard Guy Gluzman, el ex
vicepresidente de Pegasus, el fondo de Quintana.
Como se ve, en la jugada se mezclan
los intereses económicos con los personales. Esto último se nota con más claridad
en el caso de OCA, empresa que Quintana intentó controlar cuando
todavía era un hombre del sector privado.
Antes de la guerra entre Moyano y Patricio Farcuh (el dueño formal
de OCA), Quintana se acercó al titular del HSBC, Gabriel Martino, y ambos
intentaron convencer al dueño del Grupo Rhuo para que les venda la compañía.
La jugada fue frenada por el camionero, que tiene el control real de la
compañía. Igualmente, Quintana puso un pie con Papini, el ex Pegasus que
desembarcó en OCA a fines de 2013.
Ahora, Quintana mantiene una fuerte
disputa con el titular de la AFIP, Alberto Abad, porque pretende que el organismo
aplique el artículo 32 de la ley de procedimiento fiscal para OCA y le permita
un plan excepcional de pagos para afrontar su deuda fiscal de alrededor de 1.400 millones de pesos.
Abad se niega.
La idea es rescatarla para que algún
fondo de inversión se quede con la compañía y la "salve", como
intentan que ocurra en el caso de Sancor. Se sabe que en el Gobierno hay varios
actores que provienen de esos fondos."
LPO
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