Nota de opinión: "Más de una década después, el caso Antonini se encamina a su cierre" por Hugo Alconada Mon
Guido Alejandro Antonini Wilson
“Diez años, cuatro meses y medio después
de que estallara un escándalo hemisférico, el "caso Antonini" enfila
hacia su muerte.
Una vez más. El juez en lo penal económico Pablo Yadarola
rechazó el pedido de la fiscalía y, pese a todo, dejó al ex funcionario
kirchnerista Claudio Uberti a un paso de su sobreseimiento.
Yadarola
consideró que la fiscalía no logró acumular las suficientes evidencias durante
todos estos años para procesar a Uberti, sospechado de ser el verdadero dueño
de la valija con casi US$ 800.000 que llegó de Venezuela el 4 de agosto de 2007
y fue adjudicada al venezolano Guido Alejandro Antonini Wilson.
La
investigación argentina ingresó, así, en un callejón cada día más estrecho, ya
que la fiscalía completó todas las medidas de prueba posibles en la Argentina,
mientras que Venezuela jamás colaboró con la pesquisa local ni Estados Unidos
respondió los exhortos enviados durante el kirchnerismo.
A
cargo del fiscal Pablo Turano desde el retiro de María Luz Rivas Diez, la
fiscalía dispone ahora hasta el martes para presentar un recurso de queja ante
la Cámara del fuero, ya que Yadarola también le rechazó su primer recurso de
apelación.
Ricardo Jaime y Claudio Uberti
¿Por
qué? Porque el fiscal Turano había apelado la resolución de Yadarola, que no
hizo más que reafirmar la falta de mérito que había beneficiado a Uberti en
julio de 2008, a pesar del largo recorrido del expediente, que llegó hasta la
Corte Suprema. Pero el juez le rechazó aquel primer intento por llegar a la
Cámara.
"En
estas condiciones señaladas, este magistrado no desconoce la gravedad del
hecho, materia de juzgamiento ni su trascendencia pública -indicó Yadarola-,
pero no puede perderse de vista, de manera alguna, que los juicios criminales
sólo resultan constitucionalmente válidos y pueden llevarse adelante mediante
la valoración razonable y fundada de elementos de prueba, alejados de toda
impresión personal del juzgado".
Transcurrida
una década desde que el vuelo anunciado como Presidencia Argentina arribó a
Aeroparque, proveniente de Caracas, qué fue de la vida de cada uno de los
protagonistas es una evidencia de cuál podría haber sido su rol en el caso.
Por
entonces número uno del Órgano de Contralor de Concesiones Viales (Occovi),
donde lo apodaron "el señor de los peajes", tras su inmediato despido
de la función pública, Uberti apareció contadas veces en la prensa. Primero
porque pasó a cobrar un salario de una de las empresas de Lázaro Báez; luego,
por su rol en la recaudación de campañas; después, por la acusación de un ex
empleado sobre su patrimonio, y la última, en febrero de este año, cuando la
Cámara Federal porteña confirmó su procesamiento por un caso de corrupción
junto al ex secretario de Transporte Ricardo Jaime.
Un
derrotero similar recorrió el otro funcionario argentino que voló en aquel Lear
Jet de Royal Class, Exequiel Espinosa, por entonces presidente de Enarsa. Hoy
se encuentra procesado en la investigación sobre presuntos sobreprecios en las
importaciones de gas natural licuado (GNL), causa por la que Julio De Vido y
Roberto Baratta se encuentran detenidos.
Por
su parte, tras marcharse de la Argentina, Antonini Wilson se quedó en Florida,
donde casi de inmediato contactó a la Oficina Federal de Investigaciones (FBI)
lo que derivó, en diciembre de 2007, en los arrestos de tres ciudadanos
venezolanos y un uruguayo por actuar como agentes del régimen chavista en
Estados Unidos que buscaban comprar su silencio. Tres se declararon culpables;
el cuarto fue condenado por una Corte Federal.
¿Fue delito?
En
Venezuela, en tanto, Diego y Daniel Uzcátegui continúan con sus vidas. El
primero retornó a la petrolera estatal venezolana, Pdvsa, donde volvió a
trabajar como director de la presidencia, mientras que su hijo -quien voló con
Uberti y Antonini en aquel vuelo- busca conservar su bajo perfil.
Sin
embargo, y a pesar de las cerca de 16.000 fojas que acumuló el expediente penal
argentino mientras pasó por las manos de tres jueces instructores -además de
varios subrogantes de feria-, el último de ellos consideró que ni siquiera está
claro que Uberti haya cometido un delito o participado de algún modo en su
comisión.
"Si
bien provisoriamente nos encontramos ante un hecho presuntamente ilícito -se
atajó Yadarola-, los pormenores en que aquel se habría llevado adelante y la
dilucidación de sus intervinientes, a pesar del tiempo transcurrido desde la
fecha de su presunta comisión, se encuentran en plena etapa de investigación, a
la espera de la recolección de mayores probanzas para su total
esclarecimiento".
En
este contexto, ahora será el fiscal Turano quien definirá si presenta el
recurso "de queja" ante la Cámara e intenta darle nueva vida al
"valija-gate", o si arrumba la pesquisa hasta su muerte natural por
prescripción.”
La
Nación
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