Nota de opinión:"De Vido y el juez de De Vido, los dos en apuros. El magistrado Rodríguez puede ayudar o hundir al ex ministro K" . Ricardo Roa
(El pedigrí del juez Luis Rodriguez)
Si uno se guía por la
historia del juez Rodríguez, la moneda está en el aire. O casi. Ha hecho unas
cuantas cosas para pensar que va a ayudar a De Vido
más que avanzar contra De Vido. Pero el momento no es
justamente propicio para salvar a De Vido.
El fiscal Stornelli le ha pedido que plantee al Congreso el
desafuero del ex ministro y que lo meta en prisión. Ha probado que De Vido
montó una increíble y fenomenal estafa contra el Estado en la mina de Río
Turbio.
Un De Vido auténtico: gastó $ 2.600 millones en un tren que
no funciona y pagó comisiones imposibles de verificar. Y
todo usando de pantalla a una universidad pública para triangular compras y
saltar controles legales.
Es difícil hacer la vista gorda frente a todo esto. Pero no es
imposible.
Rodríguez es un juez
federal nombrado por Cristina. Era o sigue siendo amigo de Jaime Stiuso, que supo ser jefe
formal de los espías del kirchnerismo y jefe informal de jueces de Comodoro Py.
Y Rodríguez era o sigue siendo amigo del camarista Sergio
Fernández, hermano menor de Javier, que era y ya no es operador clave de los
Kirchner en la Justicia y puso o ayudó a poner muchos jueces.
Después de romper con
Cristina, Stiuso rompió o se alejó de Rodríguez. Dicen que fue porque le
dio la espalda en un problema personal.
Stiuso había denunciado que fue amenazado en un restorán por
Guillermo Greppi, quien se presentaba como dueño de una mutual, aunque las
mutuales no tienen dueño. Encubría en realidad una cueva
financiera con nombre de remedio o de ONG: Propyme.
El financista del kirchnerismo Greppi fue allanado varias veces.
La última, por policías enviados por el juez Oyarbide. En medio del operativo
Greppi pidió ayuda a su amigo Carlos Liuzzi, pariente y mano derecha de
Zannini.
Liuzzi llamó a Oyarbide, que frenó el procedimiento. Fue
denunciado por encubrimiento y el juez Rodríguez, amigo de Stiuso, lo absolvió.
También a Greppi. Dicen que a pedido de Zannini. El fiscal no apeló los
sobreseimientos. Bingo.
Lo que no hizo ese fiscal lo hizo hace un año la Cámara, que
revocó el fallo.
Rodríguez no forma parte de la logia Justicia Legítima. Sus
amigos en Comodoro Py son Sebastián Ramos y Martínez de Giorgi, el mismo que
acaba de darle una mano a De Vido en la causa por el escándalo de
Sueños Compartidos. Dictó la falta de mérito, aunque el ex
ministro había urdido toda la operación.
De Vido ha sido y quizás siga siendo el personaje del
kirchnerismo más protegido en Comodoro Py. Puso como abogado a Fredy Lijo, el
hermano de Ariel, uno de los jueces más influyentes del que dicen que acá
responde a Lorenzetti y afuera, al Papa. Ahora también lo tiene a Julio
Virgolini, que fue juez y también defensor de Yabrán. Trabajos que otros
abogados envidiarían sólo por los honorarios.
A De Vido siempre le sobró tiempo para cultivar la relación con
los jueces. Al final del cristinismo colocó en la ex SIDE a Olazagasti, uno de
sus ayudantes todoterreno para que sea el enlace con Comodoro Py.
Con poder y caja como ningún otro, De Vido ocupó
demasiados espacios y siempre desprolijamente. Tuvo dos
laderos semiocultos para ordenar el desorden. Uno, Roberto Dromi, un campeón
que privatizó YPF para Menem y la reestatizó para Cristina. Otro fue el jefe de
Legales Rafael Llorens.
En ese pantano debe moverse el juez Rodríguez: entre ayudar a De
Vido o hundir a De Vido. Y debe moverse rápido. Porque si
hay algo que esta vez no puede hacer es no hacer nada.
Clarin
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