Nota del Editor
Los presidentes procuran tener amigos en los puestos claves,
especialmente en aquellos que tienen funciones de investigación y/o control.
Fue así durante el kirchnerismo. Y también en este gobierno. Tres casos
actuales: Laura Alonso en la Oficina Anticorrupción, Gustavo Arribas en la
Agencia Federal de Investigaciones y Bernardo Saravia Frías en la Procuración
del Tesoro de la Nación.
Hay que recordar también que Macri quiso nombrar dos jueces en la Corte Suprema de Justicia de la Nación mediante un Decreto de Necesidad y Urgencia argumentado que el Congreso estaba en receso. La maniobra era ilegal y tuvo que dar marcha atrás.
Hace tiempo que el gobierno le apuntó los cañones a Alejandra
Gils Carbó, Procuradora General de la Nación, designada por Cristina Fernández de
Kirchner. Y a pesar de los embates se propone seguir en su puesto. Recientemente fue denunciada por una supuesta maniobra iligal en la compra de un edificio por parte de la Procuración.
Gils Carbó es miembro de "Justicia Legitima". Una organización de "magistrados progresistas" en el ámbito de la justicia, que "no tiene afiliación partidaria como se ha querido hacer creer", según sus propias declaraciones.
Gils Carbó es miembro de "Justicia Legitima". Una organización de "magistrados progresistas" en el ámbito de la justicia, que "no tiene afiliación partidaria como se ha querido hacer creer", según sus propias declaraciones.
La entrevista
"—Doctora Gils Carbó, usted ha cursado una maestría en
economía política en los últimos años e hizo la mayor parte de su carrera
judicial en el fuero comercial. Son treinta años dedicados al tema. ¿Por qué la
economía argentina, a lo largo de todos estos años, no ha logrado crecer de
manera sostenible?
—Bueno, no es
que sea economista. Hice una maestría en economía política argentina para poder
entender mejor mi trabajo. No soy una experta, pero convengamos que en los
últimos tiempos hubo un fenómeno que cambió el esquema de los Estados que es la
globalización. Un mercado global y financiero que les hace muy difícil a los
gobiernos tener control de lo que sucede. No sólo en cuanto a variables
económicas, sino también jurídicas y políticas en su propio país. Los Estados
fueron debilitándose, perdiendo fuerza en el marco de este mercado global que
cambia las reglas. Han cambiado las variables, las del mercado de trabajo, las
posibilidades que tiene una economía de diversificarse…
—En el período de 2004 a 2005, cuando le tocaron todos los
concursos, los APE (acuerdos preventivos extrajudiciales), se creó la imagen de
que usted era muy dura con las empresas. Le pregunto para tratar de entender su
visión sobre las empresas, sobre su responsabilidad, la experiencia que tuvo
luego de la crisis de 2001. ¿Cómo fueron esos años y cuál fue su experiencia
con los empresarios?
—Bueno, no,
yo no creo haber sido dura con ninguna empresa. Nunca he llamado la atención
por poner en problemas a alguna empresa, ni a algún banco o una compañía de
seguros. Entiendo muy bien la importancia y el efecto en cadena que se provoca
poniendo en dificultades a una gran empresa, un banco, una compañía de seguros.
"Cuando
impugné la fusión Cablevisión-Multicanal, Kirchner era presidente y su relación
con Clarín, óptima"
—Usted tuvo el caso del acuerdo del Grupo Clarín a través de lo que luego
terminó siendo Cablevisión-Multicanal. Probablemente a partir de su
intervención se haya ganado la animadversión del Grupo Clarín. Cuénteme cómo
fue el proceso específico del APE de la empresa del Grupo Clarín en aquel
momento.
—Bueno, era
justamente este proceso, un acuerdo preventivo extrajudicial con mucho déficit
para defensa de los acreedores. Había dos aspectos, que eran la manera en que
se llegaba a un acuerdo con los titulares de obligaciones negociables que, de
acuerdo con el prospecto de misión, sólo se pueden modificar. Imagínese que
quienes compran obligaciones negociables en el mercado son básicamente
ahorristas, gente común que a través del banco muchas veces invertía. Durante
los años 90 hubo mucha fe en una Argentina “del primer mundo” con ese dólar tan
barato. Muchas empresas invirtieron y se veía cómo la unanimidad que exigía el
prospecto de misión para cambiar los términos del pago aparecía burlada a
través de acuerdos preventivos extrajudiciales, donde no había manera real de
controlar cómo se llegaba a esas mayorías. Yo denuncié irregularidades en esa
forma de colectar las mayorías legales y también denuncié lo que resultaba
evidente que se estaba formando: un conglomerado monopólico multimedia que
implicaba un riesgo para la libre circulación de la información y la libre
formación del consenso en la democracia.
—¿Eso era porque el acreedor era luego la misma persona que era
dueña de la empresa competidora?
—Exacto, ese
acuerdo preventivo era parte del negocio de la fusión Multicanal-Cablevisión.
La empresa Fintech financió el pago, digamos, el
acuerdo preventivo extrajudicial. Pero no iba a conseguir una autorización de
la Comisión de Telecomunicaciones para operar medios por su falta de
especialidad. Era un fondo, un hedge fund. Pero sí lo iba a lograr Clarín. Entonces
había una opción de compra detrás, de manera que si se perfeccionaba el APE,
Clarín pasaba a ser el titular del 60%, conseguía los permisos que se requerían
y las autorizaciones. Reducía su deuda y esa gran reducción era parte del
negocio que se cristalizaba en la fusión. Al impugnar el acuerdo preventivo
extrajudicial se impugnaba la fusión. Por eso había dos temas: el de los
derechos de los acreedores y el de la fusión monopólica.
"Ese
gesto de independencia motivó mi designación con el 90% de los votos del
Senado."
—En ese momento Clarín tenía una muy buena relación con el
gobierno, o sea que usted se enfrentó a Clarín y al gobierno. Me refiero, para
los desmemoriados o la gente más joven, al gobierno de Néstor Kirchner.
—Sí, esa
fusión estaba siendo aprobada en el momento en que yo la impugno, cuando Néstor
Kirchner era presidente. Ese fue uno de los factores con los que pude acreditar
mi independencia en la función y que luego motivaron mi designación como
procuradora, votada por más del 90% del Senado.
—¿En ese momento se quedó sola? ¿Tenía al kirchnerismo, a la
mayor empresa de medios y, si mal no recuerdo, a gran parte del Poder Judicial
en contra?
—Tenía en
claro lo que estaba en juego y, como siempre, hice prevalecer mis principios
por sobre las consecuencias que me pudiera provocar defender algo tan
importante como el libre consenso en democracia. ¡Me iniciaron siete pedidos de
juicio político que se tramitaban al galope!
—¿Se puede decir que Clarín nunca le perdonó su intervención en
aquel fallo y mantiene una animadversión con usted? ¿Siente eso?
—Bueno, no sé
si le pondría un nombre. Hay hechos que son ciertos. Sí me trajo consecuencias
desfavorables si lo vemos, por ejemplo, en la calidad de algunas notas que
hacen sobre mí. ¡Han llegado a decir que declaré un asueto para poder ver un
partido de Messi!
—¿La actitud de “La Nación” es distinta en ese punto?
—Mire, en
ambos casos debo decir, también con Clarín, que no es todo un medio contra la procuradora.
Hay periodistas y periodistas. Algunos han dejado entrever críticas a esa
posición y yo, por mi parte, dictaminé muchas veces en favor de Clarín en
materia de libertad de expresión.
—Doctora, en cuanto al Correo, ¿cuál fue su intervención en el
caso del concurso, cuál es su opinión sobre el estado actual de esa causa y por
qué se llegó a la situación en la que hoy estamos?
—Mire, la
única intervención que yo recuerdo, porque es un expediente que tiene muchos
años, la hice cuando se presentó un acuerdo de pago por la empresa ante la
Cámara y yo dije que la Cámara no era competente para examinarlo sino que había
que presentarlo en la primera instancia, respetando el rol de la doble
instancia. Esa es la única intervención que recuerdo. No podría opinar sobre el
caso porque el día de mañana tal vez puedo intervenir en un recurso ante la
Corte.
—Bien. Usted dio decenas de conferencias y en varias de ellas
habló sobre las sociedades off shore.
Me llamó la atención una que tituló “Sociedades pantalla y fraude off shore”.
¿Cuál es su opinión sobre lo que revelaron los Panamá Papers?
—Muchas
veces, en mi desempeño como fiscal general, advertí sobre el accionar de las
sociedades off shore, que justamente se llaman así (“fuera de la costa”) porque
el país que las crea no permite que actúen en su propio territorio. Imagínese
que eso sólo ya nos indica que no son un instrumento adecuado para el bienestar
económico, sino que son más bien un instrumento para defraudar, para ocultar.
La finalidad principal es ocultar al beneficiario de los negocios que realizan.
¿Por qué? Porque estas sociedades se caracterizan por tener una mínima base
documental, un papel firmado por un representante, que es el único sustrato material
de la sociedad, y cuando se los investiga resultan ser jubilados o indigentes.
Gente que por su situación puede quedar al margen de una persecución penal o
patrimonial.
"No
sé si Clarín me tiene en la mira. Pero hay hechos. ¡Una vez dijeron que había
dado asueto para ver a Messi!"
—Tal vez el caso Panamá Papers nos sirva para hacer algo
de didáctica. Porque es verdad que tanto Coca-Cola como las principales
empresas de Argentina están en algún paraíso fiscal. Tanto como que hay una
enorme diferencia entre una compañía que radica un holding allí porque actúa en
varios países y necesita centralizar su actividad y una empresa fantasma armada
con acciones innominadas y un indigente como titular. Sería útil marcar la
diferencia entre una función que podríamos llamar lógica o normal y su
degradación, el haberlas convertido en otra cosa, ¿verdad?
—Sí, exacto.
Lo que pasa es que esa economía que empezó siendo totalmente ilegítima, para
ocultar ganancias de enriquecimiento ilícito de funcionarios y capos narcos,
empezó a estar relacionada con la economía legítima. Por eso sigue habiendo
cien paraísos fiscales, y muchos de ellos dependen de Estados Unidos, Gran
Bretaña, son protectorados o islas con enorme cobertura. Hoy, separar la
economía legítima de la ilegítima no es tan fácil. Y estas sociedades fueron
utilizadas para otra clase de negocios o estructuras empresarias, que ya no
tenían un objeto ilegal.
—La cuestión es: los grupos que actúan en distintos países y
necesitan un sitio que sirva como holding actúan de manera legal y pagan los
impuestos en los países en los que operan. Bueno, en ese caso se comprende que
elijan un lugar donde no tengan que volver a pagar impuestos para mantener sus
holdings.
—Eso es
verdad. Pero tampoco hay que confundirse con ese argumento de evitar la doble
tributación. Que muchas veces se soluciona con acuerdos entre países. Lo que en
principio fue una herramienta para evitar el doble pago terminó siendo
utilizado para defraudar familias, trabajadores, para doblar la regla más
básica del derecho patrimonial y de la responsabilidad.
—Usted fue profesora de la Universidad Católica, de la de
Belgrano, de la Austral, pero comenzó en 1988 en la del Salvador, que en ese
momento y durante mucho tiempo fue conducida por Bergoglio, primero como obispo y luego como
cardenal. Vi recién una foto suya con él en el Vaticano. ¿Cómo ha sido su
relación con él?
—Bueno, la
verdad es que lo conocí ya como papa. La primera vez, cuando fuimos a
consultarlo sobre los archivos del Vaticano que podían tener información sobre
hechos de la dictadura. Se le pedían informes al Vaticano como si tuviera un
Gran Hermano con datos de todos los fieles, y lo cierto era que no estaba bien
individualizada la información. Entonces fuimos a que nos asesoraran, a
ponernos de acuerdo sobre cómo debían hacerse esos pedidos, para que los
fiscales y jueces observaran esas reglas. Más adelante nos unió el trabajo en algo
que creo que es su principal interés, como jesuita que es, con los pies en la
tierra y no hablando tanto del cielo: ayudar a los más necesitados, los
marginales, los enfermos, los adictos.
—El presidente Macri la
acusa de no preocuparse lo suficiente por el narcotráfico.
—Es
exactamente lo contrario. Desde que creé la Procunar, la Procuraduría de
Narcocriminalidad, donde no había ningún equipo especializado en narcotráfico,
se produjeron los golpes más fuertes en la historia de la Justicia a las
grandes complicidades policiales y judiciales. El jefe de Policía de la
provincia de Santa Fe, Hugo Tognoli, condenado; el jefe de Drogas Peligrosas de
Córdoba, Rafael Sosa, condenado por encubrimiento; el juez Raúl Reynoso, a
quien invitaban siempre a dar conferencias sobre narcotráfico. Recuerdo que el
Ministerio de Seguridad, en ese momento, estaba indignado: lo consideraban uno
de los más efectivos, el que más decomisos hacía, el que más gente detenía. Sí,
a los perejiles. Jefes, nunca.
"Las
off shore son un instrumento para defraudar, para ocultar al beneficiario de
los negocios que realizan."
—Doctora, el Gobierno hace gala del aumento del decomiso de
droga, del aumento de casos en los que se apresa a los más grandes y no a
pequeños dealers, y por lo que usted dice eso es resultado no sólo de esta
gestión sino de los cambios producidos por las procuradurías especiales.
—No me
atrevería a decir tanto. La verdad es que la ministra de Seguridad, Patricia
Bullrich, ha puesto mucho empeño, mucho trabajo. Hay policía que realmente
arriesga su vida todos los días luchando contra el narcotráfico. De ninguna
manera niego el trabajo que se está haciendo y la importancia de los decomisos.
Pero usted sabe que cuando uno decomisa droga, el narcotráfico no desaparece.
Suben el precio, la droga se vuelve más cara para los adictos, se enriquecen
aún más. Esa clase de combate no hizo desaparecer el narcotráfico. Por el
contrario, aumentó. Entonces, lo que sí es un aporte del Ministerio Público es
la política criminal, que es una línea que he establecido a través de las
procuradurías que trabajan, que asisten a todos los fiscales del país. Que es
ir por los grandes zares del negocio. Porque los dealers, los soldaditos, estas
mujeres mal llamadas “mulas”, que cargan la droga en su cuerpo, son
reemplazables, no les importan, son un número.
—Seguir el dinero permite llegar al fondo de la cuestión.
—Claro. En
materia de narcotráfico hay que ir hacia el dinero. En general siempre se
concibió la organización criminal como un grupo de personas que participan en
actividades delictivas. Hoy parecen grupos de actividades delictivas en las que
participan personas, porque se encarcela a sus cabecillas y la organización
sigue funcionando, incluso manejada desde la cárcel. Entonces hay que
desarticular, hay que ir por el narcotráfico violento y evitar la dominación
territorial.
—Entiendo, por lo que usted dice, que es injusta la acusación
respecto de que usted no se preocupa por el tema narcotráfico que le hace el
Presidente. Para que me quede claro: ¿usted le reconoce a la actual gestión una
mayor preocupación por el tema narcotráfico y éxito en la lucha contra él?
—Le reconozco
a la ministra Patricia Bullrich un gran trabajo en materia de narcotráfico.
—Doctora, Macri sostiene que usted no tiene “autoridad moral”
para el cargo. ¿Por qué cree que hace esa afirmación?
—Bueno, lo ha
dicho con motivo de la citación a indagatoria en una causa que le voy a
explicar en detalle. Eso sorprende, porque él llegó a presidente estando
procesado. Así que para nada es una causal. La única causal para remover un
procurador es el mal desempeño de la función a través de un juicio político, no
por opiniones que, a veces, son interesadas. Digo interesadas porque aun desde antes
de haber asumido como presidente Mauricio Macri decía, una vez en el gobierno,
que yo tenía que renunciar para colocar un hombre de su confianza. Pero no es
eso lo que dice la Constitución Nacional. Ningún presidente puede, por su
voluntad, poner como procurador a una persona de su confianza.
—Esteban Righi, su predecesor, en su renuncia dijo: “La
naturaleza del cargo de procurador no es compatible con las manifestaciones
propias de la militancia partidaria, no obstante no puedo ocultar que jamás
creí que fuera posible ejercer tan alta función en condiciones de asepsia
política”. ¿Es incompatible un cargo como el suyo y como el que tenía Righi con la militancia política?
—En mi
opinión sí, es incompatible. Y lo quiero aclarar. Cuando los constituyentes
pensaron en este Ministerio Público como cuarto poder autónomo, independiente,
hubo todo un período de crecimiento. Ese desarrollo para que ese poder se
hiciera realidad es parte del proceso de maduración de nuestra democracia.
Cuando el kirchnerismo postuló a Daniel Reposo, que venía de la militancia,
hubo un gran debate sobre la incompatibilidad de que fuera procurador alguien
que tenía una filiación política. Fue un debate positivo, de madurez
institucional. Con motivo del fracaso de esa postulación, me buscaron a mí, que
soy la primera empleada judicial que llega a procuradora general, con 25 años
de carrera, 20 como fiscal y sin haber tenido jamás afiliación partidaria. Sé
que hasta el Presidente me acusa de ser militante K, lo cual me genera una
enorme incomodidad. Examinaron con lupa mis pruebas de independencia, que no
sólo incluyen la impugnación a la fusión Cablevisión-Multicanal contra el deseo
del entonces presidente, sino también en el caso Sociedad Comercial del Plata,
una denuncia caratulada: “Banco Nación sobre estafa”. La presidenta del Banco
al momento de los hechos era Felisa Miceli, y al momento de radicar la
denuncia, ministra de Economía de Kirchner.
"Estudié
en la Sal pero conocí a Bergoglio ya Papa. Nos une la misma pasión: ayudar a
los más necesitados"
—Cuando Macri dice que necesita como procurador a alguien “de mi
confianza”, ¿no es ésa una contradicción frente a su acusación de militante K
que le hace a usted?
—Bueno, está
diciendo eso. Es lo que hizo con el jefe de Gobierno Rodríguez Larreta al
nombrar fiscal general al ministro Martín Ocampo, que era diputado del PRO. Con
lo cual la razón que está dando para pedir mi desplazamiento no es la real. También
me acusó en el programa de Mirtha Legrand de estar detrás de las causas Correo,
Panamá Papers y Avianca. Más allá de que sea falso, lo que demuestra es una
enorme resistencia a aceptar el rol de frenos y contrapesos que debe tener el
Ministerio Público Fiscal, cuya obligación es investigar las denuncias de
corrupción de todo gobierno, cuando asume, en ejercicio, cuando se va, cuando
no está más. Por eso no siento esto como un ataque personal. Se ataca a la
institución, al rol que debe cumplir como garantía de independencia judicial.
—¿Cuál es su opinión, su balance, sobre el estado general de la
Justicia en la Argentina?
—Los últimos
tiempos parecen turbulentos, pero yo he visto cómo han salido a la luz
problemas de los que nunca se había hablado, temas como la vinculación de los
servicios de inteligencia con la Justicia, algo que siempre fue un tema tabú. O
como debatir si la independencia no sólo debe ser del poder político, sino
también del poder económico. Eso es algo muy positivo.
—A ver... Puede que haya fiscales con afinidad al Gobierno, los
puede haber contrarios al Gobierno y, de hecho, usted es el mejor ejemplo al
ser llamada a indagatoria. No todos actúan de manera uniforme. Hay fiscales que
usted nombró que son más afines a su pensamiento y su pensamiento, no parece
afín al del Gobierno. Sería interesante aprovechar un reportaje largo como
éste, incluso para que les sirva al Presidente y a la sociedad, para entender
su posición. ¿Hay fiscales que tienen la mirada de Justicia Legítima, no comulgan
con el Gobierno y a la vez simpatizan con el kirchnerismo o es una
equivocación? Si así fuera, ¿en qué se basa esa equivocación?
—Dos cosas le
voy a aclarar. Primero, yo no designo fiscales. O sea, concursos públicos,
televisados, filmados, anónimos, con cinco miembros de jurado que son fiscales,
los examina el Senado, que da la aprobación, y los designa el Poder Ejecutivo.
Conclusión: no designo ni designé nunca fiscales a dedo. Y eso de que los
fiscales o jueces estén comprometidos con intereses políticos, lo veo como un
fenómeno reducido. No es así. Justicia Legítima surgió en un momento en que se
advirtió, o se temió, cierta influencia del poder económico sobre algunos
jueces en el caso particular de la llamada Ley de Medios. Con la idea de
defender la independencia y la autonomía, un núcleo importante de jueces,
fiscales y defensores, puso sobre el tapete el debate de la independencia de
los jueces y fiscales del poder económico.
—Déjeme leerle algunas de esas acusaciones. Usted dice que no
nombra fiscales. Pero al mecanismo de designación de fiscalías estratégicas se
agrega, además, el traslado de fiscales a otros destinos al asignado en el
concurso, sin respetar el lugar fijado en el acuerdo del Senado. Fiscales que
habían sido nombrados para Neuquén o Goya pero terminaban en Comodoro Py. Usted conoce esos casos: el
fiscal Barbella, el fiscal Córdoba, el fiscal Guzmán, el fiscal García, que
terminan en causas que involucran a funcionarios kirchneristas. ¿Existe a su
juicio algún grado de justificación en las sospechas respecto de que se nombran
fiscales para un lugar y luego son trasladados a causas con alta sensibilidad
política y de que usted lo haría a propósito, para beneficiar a los
funcionarios kirchneristas acusados o para dilatar sus causas?
—Bueno, no ha
sido así en absoluto. Le voy explicando por partes, si me permite. De hecho,
nadie puede dar un ejemplo de eso. A veces sucedía que el Senado daba acuerdo y
el Poder Ejecutivo le daba decreto a un fiscal para una fiscalía que no estaba
habilitada porque la habilitación, a veces, depende o de que se cree el
juzgado, o de que haya presupuesto para habilitarla. Entonces yo me encontraba
con fiscales nombrados por el Poder Ejecutivo a los que tenía que tomarles
juramento y ya empezaban a cobrar el sueldo. Bueno, si no está habilitada su
fiscalía, no sé, de Goya, de General Pico o de Santiago, los hago a trabajar en
otra fiscalía. Con el déficit de fiscales federales que hay, apenas 400 para
todo el país, y el genuino reclamo de la sociedad en materia de seguridad y
lucha contra el crimen organizado, no voy a tener un fiscal sentado en el
escritorio diciéndole: “Espere que se cree su fiscalía para ponerse a
trabajar”. A eso obedecen muchos de esos traslados. Nunca hice un traslado a
fiscalía de Comodoro Py de personas ajenas a Comodoro Py. A lo mejor habrán
sido designadas en otra fiscalía.
—Usted habrá visto el programa de Majul donde el fiscal Moldes, de Zapala,
se quejaba de que había sido trasladado y hacía una denuncia concreta de que
usted tenía un problema con él y que por eso lo había hecho.
—Para nada.
Es justo al revés. Me puedo equivocar de localidad, pero era el propio fiscal
Moldes quien quería pasar a otra fiscalía. Por algún tema personal, prefería
una fiscalía distinta del lugar para el cual le habían dado el acuerdo. Eso fue
todo.
—Leonel Gómez Barbella, designado para la fiscalía de General
Pico, termina como fiscal en la causa Papel Prensa. Entonces, hay personas que
suponen que usted lo colocó a propósito. Y hubo otros casos.
—Le explico.
Vayamos punto por punto. Esa fiscalía, la número 5, estaba concursada. Mientras
tramita el concurso, uno debe designar un fiscal subrogante. Siempre observé
que cada fiscalía de Capital tuviese un fiscal porque tienen grandes
responsabilidades y mucho trabajo. Entonces tenía un fiscal como Gómez
Barbella, que había sido designado para una fiscalía no habilitada y lo puse
unos meses a cubrir ese cargo, hasta que se designó el fiscal. En las fiscalías
de Comodoro Py caen casos relevantes y sensibles de manera continua. No elegí
un fiscal para el caso Papel Prensa ni para ningún otro.
—El caso de Abel Córdoba, por ejemplo. Tuvo acuerdo del Senado
para ocupar el Tribunal Oral Federal en Neuquén y primero se lo coloca en
Procuvin y luego en el Tribunal Oral Federal de la Ciudad de Buenos Aires,
donde se tramitan varios juicios a Cristina Kirchner.
—Cuando creo
las procuradurías, si hubo algo que signó mi gestión fue la federalización.
Cuando llegué, las unidades fiscales especializadas sólo estaban cubiertas por
fiscales de Capital. Entonces cubrí procuradurías con fiscales de las
provincias, muchas veces porque realmente los fiscales de las provincias
estaban aislados, no sólo en apoyo sino en participación. En esas condiciones
se desarrollaron personas muy valiosas, y una de ellas es Abel Córdoba. Estuvo
en la Procuraduría de Violencia Institucional (Procuvin), que interviene en
casos de abusos policiales. Así que vea qué importante fue la labor de Abel
Córdoba.
—Trato de encontrar explicaciones de los rumores, incluso de los
mitos que corren sobre usted, doctora. Fíjese: Barbella estaba designado para
La Pampa y terminó en Comodoro Py.
—Ahora no
está en Comodoro Py, está en una fiscalía de la provincia de Buenos Aires. Fue
un breve interregno que tuve que cubrir para designar al concursado, que creo
que fue el fiscal Picardi.
"Macri
me critica pero desde la ProcuNar dimos los golpes más grandes vs. la trama
narco-policial-judicial."
—Lo que trato de traer a la luz son los motivos de las sospechas
sobre usted para intentar, incluso, desarmarlas. Tenemos a Barbella, que iba a
La Pampa y terminó en Comodoro Py. A Córdoba, que era para Neuquén y terminó en
el juicio de...
—Le explico.
Córdoba primero estaba en Procuvin y después pidió un cambio de jurisdicción
junto al fiscal Palazzani. Los dos pidieron el cambio. La facultad de trasladar
fiscales no sólo en la ley del Ministerio Público, sino en todas las leyes de
Ministerio Público de la región, se da con el solo requisito de que el fiscal
dé su conformidad. O sea, no es algo ilegal irregular. La mayoría de los
fiscales de Comodoro Py fueron trasladados por procuradores anteriores. Digo,
para terminar con eso de que cualquier traslado es antidemocrático, como se lo
quiere presentar, porque incumple el acuerdo del Senado.
—Está, como usted marca, dentro de la ley, y así fue que se
pronunció después cuando se le hicieron reclamos judiciales por haber
autorizado esos traslados. Entonces, le pregunto: ¿no cree que esos traslados
generaron las sospechas respecto de su intervención a favor de las causas en
las que se juzgaba al gobierno anterior con una serie de fiscales que eran
nombrados para Goya, para Neuquén, para Corrientes, para distintos lugares y
varios de ellos terminaban en Comodoro Py? Ya le mencioné a Barbella, le
mencioné a Córdoba. Carlos García, designado en Tartagal, también termina en
Comodoro Py.
—Mire, si le
nombro a los fiscales trasladados a Comodoro Py no terminamos más. Se la hago
más fácil: los únicos fiscales designados por concurso en Comodoro Py son
Picardi y Ochoa. Todo el resto son trasladados. Así que si vamos a cuestionar
los traslados a Comodoro Py, van a meter en cuestión a diez fiscales. (NDR: Luego de la entrevista, la procuradora se
comunicó con PERFIL para corregir su respuesta: “Dije que los únicos fiscales
de Comodoro Py que no fueron trasladados son Ochoa y Picardi. Esto no es así”,
aclaró).
"Los
agravios no son personales. Atacan a la institución, al rol que cumple como
garante de independencia judicial"
—Entiendo. ¿Qué tiene para decirles a quienes suponen que usted
es kirchnerista e interviene trabando causas, todo lo contrario de lo que hoy
sucede en Brasil, y que así, en Argentina, la Justicia
es parte del problema?
—A la opinión
pública le diría que tengo treinta años de Justicia, nunca tuve una afiliación
partidaria y lo que hice como procuradora es en la misma línea de lo que hice
como fiscal general: modernizar, generar que los fiscales tengan mayores
herramientas con estas procuradurías especializadas en temas de crimen
organizado, con la dirección de análisis criminal que comparte información de
todos los fiscales para llevar un sistema de alerta y monitoreo con mucho
compromiso por la seguridad ciudadana.
—Pero algo falla.
—Son las
campañas o las difamaciones que me llegan por distintos motivos, ya le digo.
Después de tantos años como fiscal y procuradora, una deja rencores y
sinsabores en sectores del poder económico y del poder político. La actuación
en equipo durante todos estos años, abrir el ministerio también a la población
más necesitada, colocar oficinas en las villas, el trabajo de la oficina de
víctimas en el edificio de Perón…
—Creo entenderle que una cosa es no tener afiliación política y
otra es tener una ideología. Lo que usted dice es que tiene una ideología que
puede chocar contra sectores más conservadores; por ejemplo, el Colegio de
Abogados de la calle Montevideo. A lo mejor irrita a ciertas personas
conservadoras, más allá de que usted no sea kirchnerista, sino de ideas
progresistas.
—No sólo es
una cuestión de ideología. En el caso del Colegio de Montevideo, lo que veo son
acciones que pretenden quebrar la institucionalidad. Guillermo Lipera era uno
de los postulados a procurador. Este Colegio, además, hizo una acción judicial
que está en trámite y que justamente se movió estos días para que se declare
inconstitucional que haya juicio político para los fiscales y para la
procuradora, en plan de lograr que no pueda ser removida por juicio político
sino por decreto. No sólo una cuestión de ideología. Acá hay cuestiones
concretas para atacar la institucionalidad.
—¿Puede ser también que el hecho de ser mujer, de haber sido
nombrada por una presidenta, de haberse opuesto a la fusión
Cablevisión-Multicanal, de enfrentarse a Clarín con la importancia que tuvo
Justicia Legítima en su momento a partir de la Ley de Medios, que todo esto
haya producido una especie de condensación alrededor suyo como para que se la
vea como un significante de Cristina Kirchner?
—Sí, pero ojo
que no es sólo mi caso. Es, también, un fenómeno regional. Usted ve en estos
momentos a la fiscal Luisa Ortega hostigada por Maduro de la misma manera que
se me hostiga a mí, utilizando una causa judicial, pretendiendo remover a la
fiscal general de Venezuela de maneras diferentes a las que establece la
Constitución, prescindiendo de la Asamblea Nacional. El procurador Rodrigo
Janiot de Brasil, también está siendo acusado por Temer, que está generando
sospechas sobre su honestidad. No soy la única procuradora acusada de la
región. Lo hemos hablado en la última reunión de fiscales generales que se hizo
la semana pasada en la Procuración. Esa hostilidad del poder en contra del
procurador y el fiscal es especialmente violenta cuando se trata de una mujer.
Se puso como ejemplo el caso de Luisa Ortega, el de Eugenia Villagrán, de
Guatemala, y el mío también. Tiene que ver la figura femenina. Todavía hay un
sustrato patriarcal en el pensamiento de la sociedad, que es lo que ha llevado
a excluir a las mujeres de cargos importantes por muchísimo tiempo.
—Y en el caso específico de Argentina, la relación de amor-odio
que produce Cristina Kirchner, ¿cree que se proyecta sobre su figura?
—No veo cómo
puedan relacionarme tanto con Cristina Kirchner. De paso, quiero decir que no
la conocía cuando se me postuló. Al contrario, yo fui el contrapunto del
candidato Daniel Reposo. Lo que veo claro, cuando Macri dice que quiere que
renuncie, es que lo dice para nombrar a un hombre de su confianza. Un varón.
"Le
reconozco a la ministra Bullrich un gran trabajo contra el narco. Puso mucho
empeño y trabajo"
—Doctora, entremos en el caso de Brasil. Hace un par de meses
entrevisté al juez Sérgio Moro en
Curitiba y él me destacaba la enorme importancia que tenía el Ministerio
Público Fiscal en todas las investigaciones que se habían hecho. No sólo el
Lava Jato sino la causa del Mensalão. Haciendo una comparación, rápidamente,
uno ve que allí los jueces federales de cualquier distrito pueden juzgar a los
funcionarios del Poder Ejecutivo. En Argentina sólo los jueces de Comodoro Py.
Y si avanzamos más, usted firmó un acuerdo con su colega Janiot en Brasil y
marcaba las diferencias. ¿Cómo Janiot puede actuar en causas determinadas y
usted no? La pregunta es: ¿el sistema judicial argentino está armado para que
sea difícil avanzar en condenas al poder político, o si lo prefiere, el poder
político-económico? ¿Está constituido de una manera tal que dificulta conseguir
los mismos resultados que en Brasil?
—Y... un
poquito de razón le tengo que dar. Pero no es el sistema judicial sino el
sistema legislativo. Nosotros tenemos leyes procesales que son obsoletas,
tenemos un Código Penal Acusatorio pero este gobierno suspendió la ejecución.
Un sistema acusatorio donde los fiscales tienen a cargo las investigaciones se
caracteriza por que siempre se trabaja en equipo, se caracteriza por que esa
flexibilidad y ese dinamismo del fiscal permiten acelerar los tiempos. La celeridad
y la transparencia que da un sistema acusatorio es mucho más adecuada que el
sistema actual, que en ese sentido constituye, al ser un sistema
semiinquisitivo, un límite para un resultado mejor.
—Doctora, usted estuvo con Janiot y mi pregunta es: ¿cómo cree
que va a evolucionar el caso del Lava Jato y qué consecuencias puede tener en
la Argentina? ¿Cuál es su pronóstico?
—Este caso se
va a esclarecer. Hay equipos binacionales argentinos y brasileños. Del equipo
que se ha formado, nosotros fuimos la primera delegación cuando se libera la
confidencialidad, que en definitiva no se liberó del todo porque Brasil tiene
un régimen muy estricto en cuanto a la impunidad de los delatores.
—Eso en la Argentina sería ilegal.
—En Argentina
ese régimen no está admitido. Por lo cual esto es un límite para que se pueda
tener información sobre todo el acuerdo. Pero hemos conformado un equipo
binacional de fiscales con la aprobación del convenio firmado con el procurador
Janiot y aprobado por la Cancillería brasileña, así que habrá margen para
compartir información.
—Doctora, se cumplen 25 años del mani pulite y muchas veces se
compara lo que significó para Italia y lo que viene siendo la acumulación de
dos causas en Brasil, el Lava Jato ahora
y el Mensalão. ¿Cuál es su evaluación de lo que fue el mani pulite, cómo la
Justicia cambió la política italiana, cómo la Justicia brasileña está cambiando
la política brasileña?
—Creo que
este gran impacto que ha tenido la causa Odebrecht, que realmente concitó
nuestra atención como Ministerio Público desde el primer momento, puede abrir
un nuevo orden. Es una señal muy fuerte en contra de la corrupción. Por eso es
tan importante que la causa avance. Nuestro compromiso ha sido incondicional:
si bien no intervengo en la causa, puse a disposición de los fiscales todos los
recursos que necesitan y pensamos que esto va camino a un esclarecimiento en
los tiempos necesarios para hacer una buena acusación.
—Le voy a hacer una pregunta previa a su condición de
procuradora. Usted mencionó el caso Skanska, que ahora reabrieron. A mí me toca
en particular porque PERFIL lo publicó en 2006 y habiendo grabaciones de los
ejecutivos de Skanska reconociendo el pago de coimas, el juez dictaminó que no
eran pruebas válidas. Eran exactamente las mismas pruebas con las que el juez
Moro en Brasil avanzó con el Lava Jato. En el caso Skanska estaban los
ejecutivos que confesaban haber pagado la coima pero el juez desestimó la
prueba por una cuestión formal. En retrospectiva, ¿la Justicia no tendría que
pedir perdón? Quiero decir, ¿no habría una necesidad de que pidan perdón por
esas cosas que no se han hecho?
—El fiscal
Rodríguez, de la Fiscalía de Investigaciones Administrativas, que fue el que
apeló el caso y obtuvo la reapertura de la causa, más que pedir perdón por lo
no hecho, lo que tiene que hacer ahora es justicia. Es dar una respuesta con
una condena o con una absolución, como corresponda.
—¿Usted cree que con estos cambios que se produjeron no se repetirá
lo que sucedió en la gestión anterior, donde los casos de corrupción no fueron
juzgados o no se llegó a ninguna condena mientras el gobierno estaba en el
poder? ¿Es optimista respecto a que esto no volverá a suceder?
—Creo que sí,
porque la sociedad no lo toleraría. Por mi parte, siempre he trabajado para
generar mecanismos para que los fiscales puedan trabajar mejor, para que
obtengan los mejores resultados poniendo a su disposición equipos técnicos de
apoyo. La sociedad ya no lo tolera. Creo que ésa es la mayor fuerza para que
haya un cambio de verdad.
—Doctora, entro en el tema de la supuesta corrupción que le toca
a usted, que es la del edificio de la calle Perón 667, donde hoy funciona el
Ministerio Fiscal. ¿Por qué la han llamado a indagatoria y cuál es su mirada
respecto del pedido del fiscal y de la decisión del juez de convocarla?
—Le repito,
esto lo enmarco dentro de un engranaje más de este proceso en el que se busca
el desplazamiento de la procuradora, y lo anunciaron los principales editorialistas
de la secuencia: los diarios más poderosos del país. La secuencia iba a ser
indagatoria, procesamiento, decreto. Se alzaron muchas voces, incluso dentro de
la propia coalición que conforma el Gobierno. Yo tengo absoluta tranquilidad
sobre la causa. El tema es así: esta licitación, adjudicada al edificio de
Perón que era patrimonio histórico de la familia Bemberg, la ganó el oferente
que ofreció el mejor precio, que además era inferior a la tasación oficial.
Entonces uno piensa: “Bueno, si ganó el más barato, ¿dónde está la trampa?
¿Qué, no se presentó nadie?”. No, sí se presentaron. Hubo cinco oferentes más
que en las licitaciones anteriores. Tres habían fracasado y yo estaba
habilitada para hacer una compra directa, así que si quería manipular una adquisición,
¿para qué me iba a rodear de todo un procedimiento público? Ese procedimiento
fue público, y yo desafío a que me muestren otro expediente de licitación que
tenga más controles que éste, porque realmente no creo que exista.
Intervinieron 24 funcionarios de distintas áreas de la Procuración,
Presupuesto, Arquitectura, Planificación Edilicia, Contrataciones, Informática,
la Secretaría General de Administración, a cargo de personas que hace diez,
veinte años estaban en la Procuración, Logística, la Asesoría Jurídica que es
la que controló toda la elaboración del pliego y la adjudicación que no firmó
una persona sino cinco funcionarios. Más algo que ya funcionaba en la época de
Righi: una Comisión de Adjudicación formada por letrados de distintas áreas de
la Procuración. Un proceso de la mayor transparencia. Desde el primer día le
remití a la comisión bicameral todo el expediente, hicieron un montón de
audiencias a lo largo de uno o dos meses donde nunca citaron a nadie. No lo
hicieron porque tuvieron el expediente para ver que no había nada que observar.
Luego se intenta darle un color a lo que no tenía con una citación que pide un
fiscal, donde se menciona como “sospechoso” que se haya incluido en el pliego
la exigencia de una cochera y un auditorio. ¿Sospechoso pedir una cochera para
un edificio en el Microcentro? ¿Y un auditorio para reuniones institucionales?
En fin. Si eso es sospechoso es porque, de verdad, no hay nada serio para
decir. Sumado a esta hipótesis que inventa el fiscal, yo me habría repartido
una cifra que hoy serían 80 mil dólares con otros cinco funcionarios,
miti-miti. Con lo cual me hubiesen quedado 13.333 mil dólares. O sea, ¡armé una
compra para robarme ese dinero cuando por mis manos pasaron miles de millones
cuando durante 13 años fue fiscal general de la Cámara Comercial! Usted vio en
qué barrio vivo, en qué casa vivo. Todo mi movimiento financiero es la cuenta
de ahorro sueldo que tengo hace treinta años donde entra lo que gano y sale lo
que gasto. No tengo sociedades offshore ni cuentas en el exterior. Por lo tanto
creo que la hipótesis del fiscal es, al menos, extravagante.
"Cuando
me citaron a indagatoria Macri dice: 'no tiene autoridad moral'. Se olvidó que
asumió procesado"
—¿Usted cree que el fiscal y el juez que confirma el llamado a
indagatoria son parte de este objetivo de instalar la idea de que usted tendría
que dejar de ser procuradora?
—Sé que el
fiscal tuvo fuertes presiones. El juez delegó la causa, él construyó la
hipótesis de acusación y el juez ahora la retoma. Pero pienso que alguien le
pondrá un límite a esto.
—Entiendo su argumento respecto de que cinco funcionarios se
repartan una cantidad de dinero ínfima, que no guardaría relación con el monto
de las causas que usted ha manejado; y puedo entender que se sienta muy segura
de usted misma. Ahora, si uno lee el dictamen del fiscal y del juez llamando a
indagatoria, y analiza el comportamiento de Guillermo Bellingi, su colaborador,
queda la sensación de que realmente hubo corrupción. Casi que está probado, si
se mira la fecha del escribano certificando el llamado a una licitación… que no
se había producido. Nadie paga tres veces más una comisión inmobiliaria, que no
suele ser mayor a un 3,4%. Es decir, la sensación que queda es que este señor
realmente participó de un acto de corrupción, más allá de que usted no haya
tenido nada que ver.
—Mire, esta
irregularidad que usted bien dice y que debe ser materia de investigación no
surge en absoluto del expediente. Nosotros nos enteramos por los medios de lo
que cobró el medio hermano de este señor Guillermo. Que no es que fuera mi
colaborador, digo, porque en algunos medios dijeron que era como mi mano
derecha y no, nada que ver. Es un hombre que había escrito con Poder Ciudadano
una obra llamada Contratos públicos transparentes, y como parte del rediseño
del proyecto incluía agilizar los procesos de contrataciones y hacerlos más
transparentes, se lo contrató.
—¿Usted no lo conocía de antes?
—No lo
conocía. Ni lo busqué yo. Lo googleó la oficina de Recursos Humanos, pidió
recomendaciones y esta persona tenía cátedras, aparecía como experto en el tema
contrataciones y nosotros teníamos que rehacer los reglamentos. Se le dio por
función agilizar los circuitos de información para los trámites. Ahora, si su
medio hermano cobró tres millones de pesos como comisión por parte de la
inmobiliaria, bueno, eso no es dinero que haya salido del Estado. La comisión
que los vendedores, la familia Bemberg, pagó a la inmobiliaria es singularmente
elevada, pero eso habría que preguntárselo a ellos. De esa cifra una parte la
cobra el hermano y lo que hay que investigar es si efectivamente hubo una venta
de humo. ¿Por qué digo venta de humo? Porque si usted mira el expediente no hay
ninguna irregularidad: mejor precio, incluso inferior a la tasación, 24
funcionarios controlando el trámite. Hay que investigar qué acuerdo tenía el
medio hermano de Bellingi, qué participación tuvo él en el acuerdo con la
inmobiliaria, hecho que está fuera del expediente y que, por esa razón, recién
nos enteramos a través de los medios. Ahora, ¿forzar un nexo entre Guillermo
Bellingi y la procuradora? No lo hay. Sólo era un empleado que realizó un
acuerdo con la inmobiliaria del vendedor.
"Macri
decía que iba a colocar en mi lugar a un hombre de confianza. No es su fuerte
la Constitución"
—Asumamos por un instante de que usted no tiene nada que ver con
esto. Cuando uno mira los argumentos que están en la causa, suena inexplicable
por qué la familia Bemberg firma un acuerdo con esta inmobiliaria en la que
acepta pagar un porcentaje fuera de lo normal: 5% si la venta se realizaba en
cinco millones de dólares, 10% si se realizaba en más de siete y 15% si
superaba los nueve, todo por la gestión, preparación y trámites de presentación
de la documentación correspondiente al pliego. Y se agrega: Licitación Pública
Número 1 de 2013. En la fecha certificada por escribano público, la licitación
no se había presentado.
—Hubo tres
licitaciones anteriores. Se sabía que seguíamos buscando. Además hacían
investigaciones de mercado antes de hacer la licitación. Por eso es posible que
algunos propietarios de edificios supieran antes de que la licitación se
abriera.
—Quiero seguir su línea de pensamiento cuando usted me plantea
de seguir la ruta del dinero, por ejemplo, en la droga. Entonces le pido que
usted se ponga en fiscal.
—Mi línea de
pensamiento es que hay que investigar si hubo un hecho de corrupción. E
investigarlo con el mayor rigor.
—Uno mira esto y piensa: “Está claro que este señor hizo uso
indebido de una información”. Es el medio hermano del señor en la licitación el
que cobra el doble o el triple de la comisión. Luego, la inmobiliaria no estaba
autorizada para ser proveedor del Estado.
—No, sí estaba.
No era un proveedor de insumos, se estaba comprando un edificio.
—Mire, aquí en la causa dice que...
—Eso que está
leyendo no forma parte del expediente de licitación. Es un acuerdo privado
entre el vendedor y su inmobiliaria.
—Yo sólo intento aclarar la situación. No la suya, sino la de la
compra del edificio, más allá de que usted no tenga que ver. Acá lo que se
explica es que no tenían la habilitación como proveedor del Estado que el
pliego licitatorio requería. Se había previsto sacar el ítem de las exigencias
del pliego y presentarlo a posteriori.
—Ah, ya sé a
lo que usted se refiere. La autorización para contratar con el Estado, que es
un documento fiscal, se requiere en el momento de la firma. Es como un
certificado que tiene una validez de tres meses. En su momento se observó que
no era necesario pedirlo al principio. Ya habían fracasado tres licitaciones,
entonces pedirlo al principio, cuando ese documento tiene tres meses de validez
y la licitación siempre dura más de tres meses, era como un obstáculo. Se
estableció pedirlo en el momento de la firma, pero eso no fue para favorecer a
nadie, sino a todos. En la mayoría de las licitaciones es así.
—Leo el dictamen de Julián Ercolini. ¿No siente usted, doctora,
que tuvo un colaborador infiel?
—Es posible.
Pero le aclaro que tengo cinco mil.
—Bueno, pero éste era, digamos, alguien importante.
—Tampoco
importante. Un asesor.
—Número dos de contratación, ¿cuál es su...?
—No. Tenía
cargo de subdirector de Administración, que no es un cargo elevado aunque suene
importante.
—De contrataciones.
—Era un
asesor del área de contrataciones. Vino para realizar un nuevo reglamento, para
estudiar cómo era el funcionamiento de la administración.
—Era como el lobo en el gallinero, parece.
—No puedo
decir nada. Porque hay una causa penal en trámite, hay un disciplinario en
trámite, entonces yo no debo hacer ninguna insinuación. Esta persona tenía
antecedentes en esa materia, por eso se la contrata. No la conocía, no era mi
colaborador directo. Lo vi dos o tres veces en todos estos años, en reuniones
generales, no era de mi gabinete, no era de mi equipo.
—Usted, de hecho, una vez radicada la denuncia lo suspendió en
el cargo...
—Sí, se
inició un disciplinario y lo suspendí.
—Si lo que leí es correcto, hizo un reclamo, volvió a la
biblioteca de la fiscalía y sigue cobrando su sueldo.
—Se venció el
plazo que está previsto reglamentariamente para la suspensión y, bueno, se
espera que sea inminente el pronunciamiento del instructor del sumario, que es
el fiscal de Investigaciones Administrativas.
—Claro. Pero que vuelva a trabajar una persona sobre la que
existen tan fundadas sospechas… ¿Resulta lógico?
—Por eso está
en la biblioteca, lejos de la actividad jurisdiccion, mientras es proceso siga
en marcha, y espero que pronto se pueda resolver definitivamente si estuvo
implicado o no, si va a ser cesanteado o seguirá en funciones. Otra cosa no se
pudo hacer
—¿La amargó mucho?
—Sí, mucho.
Porque el edificio Perón fue como una parte central de la visión estratégica de
este nuevo Ministerio Público Fiscal. Sé que el Estado no sufrió perjuicio
alguno, al contrario: adquirió barato un inmueble que es un patrimonio
histórico de la familia Bemberg.
"Respeto
mucho a Righi, pero para mí es incompatible que un militante político ejerza de
procurador."
—Uno podría decir que este hombre estafó a los Bemberg porque
igual hubieran comprado ese edificio sin tener que pagar siete millones de
pesos de comisión.
—Usted lo ha
dicho. No tengo idea de por qué pagaron ese 10%. Pero no había que pagar nada a
nadie para que Arfinsa, la empresa de los Bemberg, ganara esa licitación. Eso
se ve claramente en el trámite, por eso jamás en los dos meses que la comisión
bicameral tuvo el expediente se hizo una sola pregunta, no llamaron a ninguno
de los funcionarios.
—Perdón, doctora, solamente para que el público lo tenga claro:
¿No hubiera sido posible que el hermano de este funcionario cobrase tres
millones de pesos, un porcentaje normal de comisión por un edificio del valor
del que se compró, y hayan tenido que subirlo a 10% para que la inmobiliaria
pudiera cobrar? Es decir, el porcentaje está triplicado para que una parte vaya
al hermano de este funcionario de la Procuraduría. Al menos ésa es la sospecha.
—Tanto como
eso no sé. Lo que yo le puedo decir es que al no pagar comisión el Estado es
probable que la inmobiliaria le haya dicho el vendedor, bueno, entonces me
pagás vos el 6%. Ahora, ¿cómo se salta de ahí a 10? No lo sabemos.
—Cuando apareció la última parte de la denuncia muchos dijeron,
bueno, aún si usted no tuviese responsabilidad alguna, le cabría la
responsabilidad política de tener un funcionario que hizo esto. Supongamos que
se prueba que las sospechas son fundadas. ¿Usted asume alguna responsabilidad
respecto de la situación, independientemente de que al Estado no le haya
costado dinero?
—Para asumir
responsabilidad uno debe tener, en el ámbito penal, dominio del hecho. Eso
quiere decir que conoció el hecho o debió haberlo conocido. En el político,
tendría que haber dejado algo sin hacer, sin haber controlado. Pero si usted
examina el expediente verá, y lo desafío, que no encuentra más áreas y más
controles en otra licitación que en esta.
Ejercí todos
los controles, los funcionarios que avalaron son funcionarios de carrera de la
Secretaría de Administración, de Logística, Arquitectura, de Planificación, de
la Asesoría Jurídica, Auditoría Interna, mejor precio. Si un superior
jerárquico va a ser responsable de lo que haga cualquier empleado infiel,
entonces el presidente de la Nación sería responsable por cualquier hecho
ilícito de toda la gran administración pública.
—Entiendo. Doctora Gils Carbó, usted ganó, a los 16 años, el
campeonato de la Federación de Esgrima. Me pregunto, después de saber que dijo
que era una cuestión de honor resistir en el cargo y que no pensaba renunciar
ante ninguna presión ¿A los 59 todavía sigue espadeando?
—(Risas) No
he dicho que sea una cuestión de honor, he dicho que es una gran responsabilidad
institucional. Bueno, a lo mejor no es casual que el deporte que haya elegido
haya sido la esgrima, porque es un deporte de táctica y estrategia, y el
trabajo de fiscal también es de táctica, de estrategia, de planificación, de
conocer al adversario, de estudiar al otro.
—Me parece que en su carrera usted, en general, ha demostrado
tener una actitud contracíclica: se enfrentó a situaciones que muchas otras
personas hubiesen preferido no vivir.
—Digamos que
tengo fuertes convicciones, me guío por mis principios y creo que es eso lo que
da la legitimidad. Veo a veces a quienes piensan que hay que ponerse del lado
donde alumbra el sol, del lado del poder, para estar bien, para acomodarse. La
realidad es que lo que da, lo que salva, es la legitimidad, la coherencia.
"Macri
me acusa de K y con Larreta nombraron a Ocampo, militante PRO, Fiscal General
de la Ciudad"
—Pero usted es brava. Me han hablado de usted desde la época en
la que era fiscal general y tiene fama de brava, sigue espadeando contra todo
el mundo.
—Bueno,
contra todo el mundo no. Pero he sido proactiva en la defensa de los más
débiles de la sociedad, y en ese sentido sí he espadeado. Porque hay que darle
voz al que no tiene voz, hay que darle más argumentos al que tiene escasa
posibilidad de defenderse por asimetrías del mercado de la sociedad.
—¿Qué le diría al presidente Macri? Me atrevo a proponerle un
múltiple choice: Que tiene un prejuicio con usted. Que se quede tranquilo,
usted no está en su contra. Que no es su intención discriminarlo. Que no tiene
prejuicios contra él.
—No tengo ni
prejuicios ni nada contra él. No soy una enemiga. No elegí la confrontación.
Recién salí a hablar cuando sentí que tenía todo el aparato del Estado
utilizado por el Gobierno para provocar mi desplazamiento y yo siento que tengo
una responsabilidad institucional ante el Ministerio Público y la sociedad de
hacer respetar la Constitución. Yo creo que este debate que se está dando
ahora, sobre que un presidente no puede elegir al procurador, es parte de la
madurez de nuestra democracia. Es positivo el debate que se está dando, esto
nos hará crecer como sociedad.
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