“El aterrizaje de la hermana del ministro Triaca como directora
del Banco Nación no es el único caso de nepotismo en el gobierno de Cambiemos.
Mauricio Macri impulsa el nombramiento de Agustina, la hija de la jueza Lilia
Gómez Alonso de Díaz Cordero. Agustina quedó en el puesto 17° en el concurso
para jueza Civil, pero igual fue incluida por el Presidente en la terna para
que el Senado la nombre.
Mauricio Macri demostró habilidad para el nepotismo, y no sólo
por poblar su Gobierno de amigos y que estos colocaran a sus familiares. Ahora,
para preservar sus relaciones con la jueza Maria Lilia Gomez Alonso de Díaz
Cordero, que tiene en sus manos el escándalo del Correo y el devenir financiero
de la familia presidencial, promueve a su hija Agustina también para el cargo
de jueza.
El derrotero de
la hija de la jueza del Correo para llegar a jueza muestra la promiscuidad de
la familia judicial y sus vínculos con el Gobierno. Es hija de la camarista
Gomez Alonso y del abogado Héctor “Negro” Díaz Cordero. El 1 de noviembre,
Macri envió su pliego al Senado para que sea designada al frente del Juzgado
Nacional de 1ra Instancia en la Civil N 23 de Capital Federal. Intereses
cruzados con el presidente, mala calificación en los concursos y los estrechos
vínculos con el Gobierno son parte de la trama que explica su posible ascenso a
jueza.
La camarista Gomez
Alonso de Díaz Cordero interviene en la causa por las deudas de la familia
Macri desde el inicio. El rol de la camarista (junto a sus pares) en la demora
de esta causa fue señalado tanto por la fiscala Gabriela Boquin como por el ex
Procurador del Tesoro Carlos Balbín. No se trata, sin embargo, de una jueza
común. Actualmente preside la Asociación de Magistrados y Funcionarios de
la Justicia Nacional, una de las varias asociaciones civiles que nuclean
miembros del poder judicial. En este caso, la más conservadora y, en los
últimos años, de férrea oposición al kirchnerismo. Gomez Alonso de Díaz Cordero
es la primer mujer en presidirla desde su creación, en 1928. No pasa
desapercibida en tribunales, donde es conocida además su vocación por cuidar de
los suyos. Ahora le toca el turno a la familia, en especial a su hija Agustina.
Agustina Diaz Cordero, la hija de la camarista, trabaja hasta
ahora muy cerca del ministro de Justicia Germán Garavano. De hecho, el 27 de
octubre pasado, la Resolución 829-E firmada por Garavano la ubica en el un
lugar clave del proyecto de Bases para la Reforma Procesal Civil y Comercial.
Es la número 3 del proyecto, con el cargo de Coordinadora, solo por debajo del
propio Garavano y del Secretario de Justicia Santiago Otamendi. Desde su
llegada al Gobierno, ministro Garavano impulsa una serie de reformas
denominadas Justicia 2020, un compendio de ideas que trae desde su paso por el
Foro de Estudios para la Administración de Justicia (FORES), una institución de
lobby creada en 1976 para apoyo civil de la última Dictadura. Garavano aportó
esta plataforma al macrismo y Agustina Diaz Cordero es parte central de su
equipo. En ese marco, a finales de octubre le encomendó, ad honorem, la
coordinación y ejecución de las actividades a desarrollar en el marco de la
“Estrategia Nacional de Reforma de la Justicia Civil”. También la incluyó en el
equipo de redacción del nuevo Código Procesal Civil y Comercial. Garavano firma
junto a Macri el pedido para que Agustina sea jueza.
¿Cómo llegó Agustina Díaz Cordero a que su nombre sea propuesto
para jueza? Como cualquier aspirante, debe pasar por un concurso. En su caso se
presentó a dos. Uno, para jueza comercial, al igual que su madre. Quedó en el
puesto 32 de 42 postulantes.
El otro concurso
era para jueza civil. No le fue mucho mejor, apenas logró el 17° lugar. Sin
embargo, fue incluida en la primera terna de postulantes para el puesto junto a
que sacó el mejor puntaje, Eduardo Guillermo Róveda, y el puesto 9, Roberto
Malizia. Pese a ser la peor calificada de los tres, el Gobierno envió su nombre
al Senado.
No fue la única
cuestión polémica. En el jurado estaba la camarista Graciela Medina, integrante
de la Sala III de la Cámara en lo Civil y Comercial Federal. La jueza Medina
está casada con Julio César Rivera, miembro del Colegio de abogados del
establishment que, junto a su socio Beltrán Louge, está a cargo de la
sindicatura general del concurso de acreedores de Correo Argentino. Rivera está
imputado junto a Macri en la causa penal que investiga las maniobras de
vaciamiento de Correo Argentino, expediente en manos del juez Ariel Lijo. Como
síndico, dejó correr todas las maniobras de los Macri para no pagar su deuda y
vaciar Correo Argentino. Es la misma causa en la que interviene la madre de
Agustina, la jueza Gomez Alonso de Díaz Cordero. Para colmo, tanto Rivera con
Louge fueron apoderados de empresas de los Macri como Transmetro SA y abogados
de Macri en el divorcio con Isabel Menditeguy en 2005. Tal como informó
Nuestras Voces, Rivera integra la lista de conjueces para la Corte Suprema que
envió Macri al Senado.
La relación entre los Medina-Rivera y los Gomez Alonso-Diaz
Cordero es cercana. Siguiendo la rutina García Lupo, en los avisos fúnebres de
hace unas semanas tras el fallecimiento del “Negro” Díaz Cordero se leía: “Julio César Rivera, Graciela Medina y Julio César Rivera
(h.) participan su fallecimiento y acompañan en su dolor a María Lilia,
Agustina, Ezequiel y familia”.
En síntesis la
jurado del concurso de la hija de la jueza del Correo está casada con uno de
los cómplices del vaciamiento del Correo. No es la única denuncia contra el
matrimonio Medina-Rivera. En 2011, fueron denunciados por el fallos que
favorecieron al Grupo Clarín mientras Rivera era abogado del holding comandado
por Héctor Magnetto. Una de las causas, denunciada entonces por el titular de
la Unión de Empleados de la Justicia de la Nación (UEJN) Julio Piumato, tenía
que ver con la estrategia para la operación ilegal de Fibertel organizada por
el actual cortesano Carlos Rosenkrantz.
Nuestras Voces
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