Nota del Editor
Según el artículo publicado en La Nación el gobierno busca que antes de enjuiciar a Lázaro Báez por los delitos cometidos en torno de las obras públicas adjudicadas a sus empresas, prefiere que se vinculen sus negocios con CFK
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"Las
estrategias del gobierno de Mauricio Macri y del empresario Lázaro Báez
coincidieron sorpresivamente en un resultado: el retraso para que la
investigación por el lavado de dinero de la obra pública de Santa Cruz sea
elevada a juicio oral y se acelere el camino hacia las condenas.
El gobierno, a través de sus
abogados, viene pulseando con el juez Sebastián Casanello para que llame a
declarar como sospechosa a Cristina Fernández de Kirchner.
El razonamiento que
funda su pedido es que el dinero de Báez en realidad era de Fernández de
Kirchner. El juez se resiste a indagarla. Así se cruzaron pedidos y rechazos a
lo largo del año.
La fortaleza del macrismo se edificó en gran medida en el contraste con
el kirchnerismo y sus peregrinaciones judiciales por la denuncia de corrupción.
Es un adversario dilecto, como bien sabe Jaime Durán Barba, y entregó un
inestimable rédito electoral al oficialismo que se encamina a ratificar en
octubre. De ahí en mostrarse más interesado en revivir la escena de Fernández
de Kirchner interrogada por el dinero de Báez, antes que en acelerar un juicio
oral sobre los negocios de la obra pública que puede desparramar esquirlas para
los cuatro costados.
Báez cumplirá en abril de 2018 dos
años preso. Es el plazo máximo que permite la ley tener a una persona detenida
sin condena, aunque también contempla una extensión de un año si la situación
lo justifica. El empresario apuesta a conquistar con el tiempo el beneficio de
la prisión domiciliaria, según descuentan las fuentes judiciales con acceso a
la causa. "Si tuviera mal asesoramiento ya habría sido condenado hace
rato", reconoció Báez públicamente en una de las pocas entrevistas que
aceptó dar desde la cárcel. Extrañas coincidencias de estrategia.
En torno a Báez, el gobierno practicó algunos de sus peores fiascos.
Intentó negociaciones con los hijos del empresario y, como publicó el
periodista Carlos Pagni, el fiscal Eduardo Miragaya buscó corroborar desde la
AFI que Casanello había visitado a Fernández de Kirchner en Olivos. Ahora,
quienes dijeron que el juez estuvo en la quinta presidencial están procesados
por falso testimonio por orden del juez Luis Rodríguez. ¿Contarán quién los
motivó a mentir? Miragaya, según fuentes del Gobierno, fue separado de la AFI.
Pero ya consiguió otro trabajo.
El fiscal Guillermo Marijuan, a cargo
de la investigación, terminó por pedir que la ex presidenta fuera indagada por
la plata de Báez. Concedió así el deseo del Gobierno y de la Sala II de la
Cámara Federal, que preside Martín Irurzun. Pero al hacerlo, Marijuan deslizó
su fastidio en un párrafo inesperado: "La reciente resolución adoptada por
los jueces de la Sala II", escribió Marijuan, "más que tibia
podríamos llamarla temerosa ya que relata sin indicar, describe sin actuar y
decide sin resolver el estado de sospecha sobre Cristina Elisabet
Fernández".
Marijuan se quejaba así de que los camaristas no rubricaban aquello
que otros pedían. La firma la terminó por poner el fiscal. Los nigromantes de
Comodoro Py dan por descontado que la Cámara Federal ratificará el llamado a
indagatoria y Fernández de Kirchner terminará por ser interrogada por la plata
de Báez. No es un pronóstico difícil de acertar a la luz de las estrategias
confluentes de flancos inesperados.
La Nación
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