"Menem lo hizo: el veterano ex presidente consiguió que a la luz del día
o discretamente, una porción mayoritaria de la política tradicional saliera en
su defensa.
El peronismo institucional –gobernadores y senadores-, algunos curtidos
caudillos radicales y hasta el kirchnerismo, haciéndose el distraído,
pidieron por Menem cuando la Cámara Nacional Electoral determinó que no podía
ser candidato a la reelección en el Senado por estar condenado a siete años de
prisión en el caso del tráfico de armas a Ecuador y Croacia.
Se trata de un episodio ocurrido hace 22 años, cuando el riojano
transitaba su primera presidencia, y recién tuvo sentencia definitiva en 2013.
El peronismo en el Senado, con la palabra proscripción en
los labios, reaccionó el mismo lunes cuando se conoció el fallo de los
camaristas electorales Santiago Corcuera y Alberto Dalla Vía.
Cada camarista tiene sus vinculaciones personales: con los peronistas
uno, con los radicales el otro.
Sobre ellos hubo operación directa intentando torcer el fallo.
Pero los operadores de la corporación política esta vez chocaron contra una
pared.
El gobernador de La Rioja, Sergio Casas, encabezó la movida pública
junto a Miguel Pichetto, quien se habría sumado sin euforia sino haciendo un
cálculo preciso de la relación de fuerzas en su bloque sobre
este tema.
La presentación judicial en La Rioja contra la candidatura de Menem
había sido promovida por Cambiemos y por Izquierda al Frente.
El Gobierno celebró la decisión de los camaristas electorales. El
peronismo desalineado apoyó la inhabilitación a través de Florencio Randazzo y
de Felipe Solá, primer candidato a diputado con Sergio Massa.
Y en el juego entre bambalinas los kirchneristas alentaron el movimiento
en favor de Menem.
Fue una actitud en defensa propia. Si queda consolidado que
un condenado con sentencia firme no puede ser candidato, la zanahoria de
Cristina regresando al poder en 2019 se queda sin burro para tentarse con ella.
La ex Presidenta tiene ya tres procesamientos, con acusaciones como
asociación ilícita, lavado de dinero y fraude al Estado. En poco tiempo podrían
pedir su indagatoria por la denuncia del fiscal Alberto Nisman de encubrimiento
a iraníes en el caso AMIA. Sobrevuela el delito de traición a la Patria.
Ese criterio de autoprotección vale para toda la corporación política.
Antes que nadie lo entienden los gobernadores actuales o sus
antecesores, varios de los cuales tienen hoy bancas en el Congreso.
Todo el que administra queda sujeto a la revisión administrativa y judicial
de sus actos.
El que anduvo por la banquina sabe que sólo si conserva
poder podrá mantenerse al margen de pesquisas incómodas.
Mejor que la Justicia diga entonces que un condenado puede presentar
candidatura, porque si el candidato llega al Congreso automáticamente lo
amparan los fueros que impiden su detención.
Tan simple como comprarse un seguro de libertad ambulatoria. Si no,
pregúntenle a Julio De Vido. O al propio Menem.
En esta batalla por la libertad personal y no por el honor, los cruzados
perdieron en la Cámara Electoral pero ya trasladaron su presión a la Corte
Suprema, que debe decidir sobre el recurso extraordinario presentado por el
riojano.
Los abogados de Menem son jugadores de grandes ligas: Carlos Corach y
Rodolfo Barra, arquitectos del dispositivo que dominó los años ’90.
En la Corte dicen que con ellos no habló nadie. ¿Será nadie, o
nadie oficialmente? El recurso de Menem irá a la procuradora Alejandra
Gils Carbó, para que opine antes de que el tribunal pronuncie su palabra,
última e inapelable.
En los severos claustros del Palacio de Tribunales aseguran que los
supremos Juan Carlos Maqueda y Elena Highton tendrían oídos amables para el
reclamo de Menem y la corporación política.
Se apoyarían en el criterio tradicional de la ley, que dice que
solamente el Congreso puede discutir la validez del título de sus integrantes.
En cambio los nuevos supremos, Carlos Rosenkrantz y Horacio Rosatti,
podrían orientarse hacia la posición similar de la Cámara Nacional Electoral.
La definición, oh sorpresa, quedaría así una vez más en
manos de Ricardo Lorenzetti.
El presidente de la Corte, un enamorado de los equilibrios,
quizás contemple entonces la curiosa situación en que se encuentra frente a los
gobernadores peronistas.
Por un lado, los jefes provinciales les mandan el mensaje protector para
Menem, y en extensión para ellos mismos.
Pero esos mismos mandatarios esperan que la Corte los salve del pedido
planteado por María Eugenia Vidal, con sólido fundamento, para que Buenos Aires
recupere la descomunal millonada de pesos que cada año se
distribuye entre las provincias y que en realidad proviene del Fondo del
Conurbano, formado por el 10% de la recaudación total del Impuesto a las
Ganancias. Estas ocasiones potencialmente salomónicas le encantan a Lorenzetti.
La inhibida candidatura de Menem no será tratada por la Corte antes de
las PASO del domingo.
Pero en el tribunal ya avisan que si hay fallo favorable al ex
presidente antes de la primera semana de setiembre, que es cuando
se oficializan las candidaturas para la elección de octubre, el hombre podrá
presentarse buscando mantener su banca de senador. Así son las cosas."
Clarin
Comentarios
Publicar un comentario
Nos interesa conocer su opinión sobre el blog. Gracias.